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Juan 17:6 - Biblia Reina Valera 1960

6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 »Te he dado a conocer a los que me diste de este mundo. Siempre fueron tuyos. Tú me los diste, y ellos han obedecido tu palabra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 He manifestado tu Nombre a los hombres: hablo de los que me diste, tomándolos del mundo. Eran tuyos, y tú me los diste y han guardado tu Palabra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Manifesté tu nombre a los hombres que del mundo me diste. Tuyos eran y me los diste, y han guardado tu palabra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 'He manifestado tu nombre a los que, sacándolos del mundo, me entregaste. Tuyos eran, pero me los diste a mí; y ellos han guardado tu palabra.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra.

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Juan 17:6
48 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.


Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.


Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.


Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.


como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.


Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.


Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.


Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.


pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.


Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.


Anunciaré tu nombre a mis hermanos; En medio de la congregación te alabaré.


Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra.


Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.


diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré.


Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús.


La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.


No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo:


Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.


para que se cumpliese aquello que había dicho: De los que me diste, no perdí ninguno.


No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.


Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.


Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.


Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.


Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.


A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.


Compra la verdad, y no la vendas; La sabiduría, la enseñanza y la inteligencia.


Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere grata a tu alma,


En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.


Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia,


De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte.


Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte.


Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti;


Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.


Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.


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