Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Jeremías 2:30 - Biblia Reina Valera 1960

30 En vano he azotado a vuestros hijos; no han recibido corrección. Vuestra espada devoró a vuestros profetas como león destrozador.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Nueva Traducción Viviente

30 He castigado a tus hijos, pero no respondieron a mi disciplina. Tú mismo mataste a tus profetas como un león mata a su presa.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Inútilmente he corregido a sus hijos, ya que nadie me ha hecho caso. La espada, más feroz que un león, ha devorado a sus profetas, pero no entendieron.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

30 En vano he azotado a vuestros hijos: Ellos no han recibido corrección. Vuestra espada ha devorado a vuestros profetas, Como un león destructor.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 En vano castigué a vuestros hijos, no aprendieron la lección; vuestra espada devoró a vuestros profetas como león desgarrador.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

30 En vano he azotado a vuestros hijos; no han recibido corrección. Vuestra espada devoró a vuestros profetas como león destructor.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Jeremías 2:30
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pero te provocaron a ira, y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti, e hicieron grandes abominaciones.


los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres,


¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores;


Oh Jehová, ¿no miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron convertirse.


¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.


¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos,


Les dirás, por tanto: Esta es la nación que no escuchó la voz de Jehová su Dios, ni admitió corrección; pereció la verdad, y de la boca de ellos fue cortada.


Pero el pueblo no se convirtió al que lo castigaba, ni buscó a Jehová de los ejércitos.


Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.


No escuchó la voz, ni recibió la corrección; no confió en Jehová, no se acercó a su Dios.


En tu inmunda lujuria padecerás, porque te limpié, y tú no te limpiaste de tu inmundicia; nunca más te limpiarás, hasta que yo sacie mi ira sobre ti.


Escuchando, he oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios.


Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio.


Además el rey Acaz en el tiempo que aquel le apuraba, añadió mayor pecado contra Jehová;


Pero ellos hicieron conspiración contra él, y por mandato del rey lo apedrearon hasta matarlo, en el patio de la casa de Jehová.


Él respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.


Él respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.


Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua.


Anunciad en Egipto, y haced saber en Migdol; haced saber también en Menfis y en Tafnes; decid: Ponte en pie y prepárate, porque espada devorará tu comarca.


Es por causa de los pecados de sus profetas, y las maldades de sus sacerdotes, Quienes derramaron en medio de ella la sangre de los justos.


Hijo de hombre, di a ella: Tú no eres tierra limpia, ni rociada con lluvia en el día del furor.


Conforme está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos implorado el favor de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y entender tu verdad.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម