Hechos 10:20 - Biblia Reina Valera 1960

²⁰ Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁰ Levántate, baja y vete con ellos sin titubear. No te preocupes, porque yo los he enviado».

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁰ Baja y vete con ellos sin vacilar, pues los he enviado yo.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁰ así que levántate, baja, y ve con ellos sin dudar,° porque Yo los he enviado.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁰ baja y ve con ellos sin dudar lo más mínimo, porque yo los he enviado'.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²⁰ Levántate, pues, y desciende, y no dudes de ir con ellos; porque yo los he enviado.

Hechos 10:20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Hechos 13:4

Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre.

Hechos 9:17

Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.

Hechos 9:15

El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;

Hechos 8:26

Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.

Marcos 16:15

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

Isaías 48:16

Acercaos a mí, oíd esto: desde el principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu.

Hechos 10:21

Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido?

Hechos 11:12

Y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Fueron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un varón,

Santiago 1:6

Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.