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Hebreos 9:26 - Biblia Reina Valera 1960

26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Si eso hubiera sido necesario, Cristo tendría que haber sufrido la muerte una y otra vez, desde el principio del mundo; pero ahora, en el fin de los tiempos, Cristo se presentó una sola vez y para siempre para quitar el pecado mediante su propia muerte en sacrificio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 de otro modo hubiera tenido que padecer muchísimas veces desde la creación del mundo. De hecho se manifestó una sola vez, al fin de los tiempos, para abolir el pecado con su sacrificio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 de otra manera, hubiera sido necesario° padecer repetidamente desde la creación del mundo, pero ahora ha sido manifestado una vez por todas en la consumación de los siglos, para quitar el pecado por medio del sacrificio de sí mismo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 pues, en tal caso, habría tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. Pero, en realidad, ha sido ahora, al final de los tiempos, cuando se ha manifestado de una vez para siempre, a fin de abolir el pecado con su propio sacrificio.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

26 de otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora en la consumación de los siglos, se presentó una sola vez por el sacrificio de sí mismo para quitar el pecado.

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Hebreos 9:26
36 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,


y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.


Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.


Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;


en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;


porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.


que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.


Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.


pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,


En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.


¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?


quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.


La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será.


Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo.


quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.


Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.


de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.


Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.


Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.


Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,


Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo;


Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.


El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.


Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos.


He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días.


Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.


Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.


¿Y por qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo, Y si me buscares de mañana, ya no existiré.


Después que David hubo censado al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te ruego que quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente.


Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás.


Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.


El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.


De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo.


Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.


El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.


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