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Hebreos 2:9 - Biblia Reina Valera 1960

9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 No obstante, lo que sí vemos es a Jesús, a quien por un poco de tiempo se le dio una posición «un poco menor que los ángeles»; y debido a que sufrió la muerte por nosotros, ahora está «coronado de gloria y honor». Efectivamente, por la gracia de Dios, Jesús conoció la muerte por todos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 pero el texto dice: por un momento lo hiciste más bajo que los ángeles. Esto se refiere a Jesús, que, como precio de su muerte dolorosa, ha sido coronado de gloria y honor. Fue una gracia de Dios que experimentara la muerte por todos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 pero vemos a Aquél que fue hecho un poco menor que los ángeles: a Jesús, coronado de gloria y de honra a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustara la muerte por todos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Pero a aquel que fue puesto en nivel apenas inferior al de los ángeles, a Jesús, lo contemplamos coronado de gloria y honor por los padecimientos de su muerte, de suerte que, por la gracia de Dios, experimentó la muerte en beneficio de todos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Pero vemos a Jesús coronado de gloria y de honra, el cual fue hecho un poco menor que los ángeles, por el padecimiento de su muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

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Hebreos 2:9
39 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;


Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.


Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.


Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.


Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.


y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.


Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo.


Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.


El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.


Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.


por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.


Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.


y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.


Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también este tenga algo que ofrecer.


el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.


Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.


El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?


Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,


El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando este había resuelto ponerle en libertad.


Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.


Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;


Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.


Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte.


De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.


Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.


Le hiciste un poco menor que los ángeles, Le coronaste de gloria y de honra, Y le pusiste sobre las obras de tus manos;


Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios.


También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder.


Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;


Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.


De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte.


Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.


Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.


puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.


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