Génesis 37:22 - Biblia Reina Valera 1960

²² Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

²² ¿Para qué derramar sangre? Solo tirémoslo en esta cisterna vacía, aquí en el desierto. Entonces morirá sin que le pongamos una mano encima. Rubén tenía pensado rescatar a José y devolverlo a su padre.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²² No derramen sangre, les dijo Rubén, échenlo más bien en aquella cisterna allá en el desierto, pero no pongan las manos sobre él. Esto dijo para sacarlo de sus manos y devolverlo después a su padre.

La Biblia Textual 3a Edicion

²² Y añadió Rubén: No derraméis sangre. Arrojadlo en esta cisterna que está en el desierto, pero no extendáis la mano contra él. Esto dijo a fin de librarlo de sus manos para hacerlo volver a su padre.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²² Y añadió, con la intención de librarlo de sus manos y devolverlo a su padre: 'No derraméis sangre; arrojadlo a esa cisterna que hay en el desierto, pero no pongáis la mano sobre él'.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²² Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en este pozo que está en el desierto, y no pongáis mano en él; para librarlo así de sus manos y hacerlo volver a su padre.

Génesis 37:22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Hechos 12:1

En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles.

Mateo 27:24

Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros.

Deuteronomio 13:9

sino que lo matarás; tu mano se alzará primero sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo.

Éxodo 24:11

Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.

Génesis 42:22

Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y dije: No pequéis contra el joven, y no escuchasteis? He aquí también se nos demanda su sangre.

Génesis 22:12

Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.

Génesis 37:21

Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo matemos.

Génesis 37:23

Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí;

Jeremías 36:25

Y aunque Elnatán y Delaía y Gemarías rogaron al rey que no quemase aquel rollo, no los quiso oír.