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Ezequiel 3:12 - Biblia Reina Valera 1960

12 Y me levantó el Espíritu, y oí detrás de mí una voz de gran estruendo, que decía: Bendita sea la gloria de Jehová desde su lugar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Luego el Espíritu me levantó y oí detrás de mí un fuerte ruido que retumbaba. (¡Alabada sea la gloria del Señor en su lugar!).

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Entonces el espíritu me levantó mientras oía detrás de mí una formidable aclamación: '¡Bendita sea la Gloria de Yavé en todo lugar!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y en seguida el espíritu me alzó, y oí detrás de mí el sonido de un estruendo tumultuoso, cuando la gloria de YHVH se elevó del sitio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Entonces el Espíritu me elevó y oí detrás de mí el ruido de un gran trueno cuando la gloria de Yahveh se elevaba de su lugar.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Entonces el Espíritu me levantó, y oí detrás de mí una voz de gran estruendo, que decía: Bendita sea la gloria de Jehová desde su lugar.

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Ezequiel 3:12
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino.


Y aquella figura extendió la mano, y me tomó por las guedejas de mi cabeza; y el Espíritu me alzó entre el cielo y la tierra, y me llevó en visiones de Dios a Jerusalén, a la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el norte, donde estaba la habitación de la imagen del celo, la que provoca a celos.


El Espíritu me elevó, y me llevó por la puerta oriental de la casa de Jehová, la cual mira hacia el oriente; y he aquí a la entrada de la puerta veinticinco hombres, entre los cuales vi a Jaazanías hijo de Azur y a Pelatías hijo de Benaía, principales del pueblo.


Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;


Me levantó, pues, el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de mi espíritu, pero la mano de Jehová era fuerte sobre mí.


Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!


y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.


Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,


Entonces la gloria de Jehová se elevó de encima del querubín al umbral de la puerta; y la casa fue llena de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria de Jehová.


Y la gloria del Dios de Israel se elevó de encima del querubín, sobre el cual había estado, al umbral de la casa; y llamó Jehová al varón vestido de lino, que tenía a su cintura el tintero de escribano,


Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba.


Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.


Alabadle, vosotros todos sus ángeles; Alabadle, vosotros todos sus ejércitos.


Y dijeron: He aquí hay con tus siervos cincuenta varones fuertes; vayan ahora y busquen a tu señor; quizá lo ha levantado el Espíritu de Jehová, y lo ha echado en algún monte o en algún valle. Y él les dijo: No enviéis.


Acontecerá que luego que yo me haya ido, el Espíritu de Jehová te llevará adonde yo no sepa, y al venir yo y dar las nuevas a Acab, al no hallarte él, me matará; y tu siervo teme a Jehová desde su juventud.


Y ve y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y háblales y diles: Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o dejen de escuchar.


Jehová, la habitación de tu casa he amado, Y el lugar de la morada de tu gloria.


Y la gloria de Jehová entró en la casa por la vía de la puerta que daba al oriente.


Y me alzó el Espíritu y me llevó al atrio interior; y he aquí que la gloria de Jehová llenó la casa.


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