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Ezequiel 24:3 - Biblia Reina Valera 1960

3 Y habla por parábola a la casa rebelde, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Pon una olla, ponla, y echa también en ella agua;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Luego transmíteles a esos rebeldes, mediante una ilustración, este mensaje de parte del Señor Soberano: »“Pon una olla al fuego y échale un poco de agua.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Habla, pues, en figuras para esa banda de rebeldes. Dirás de parte de Yavé: Pon la olla en el fuego y échale agua.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Profiere pues una parábola a la casa rebelde, y diles: Así dice Adonay YHVH: ¡Pon la olla, sí, ponla, y también echa agua en ella!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 'Propondrás, pues, una parábola a la casa de Israel y les dirás: así dice el Señor Yahveh: 'Arrima la olla al fuego, arrímala y échale agua también.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Y pronuncia una parábola a la casa rebelde, y diles: Así dice el Señor Jehová: Pon una olla, ponla, y echa también agua en ella;

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Ezequiel 24:3
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ellos dicen de mí: ¿No profiere este parábolas?


Hijo de hombre, propón una figura, y compón una parábola a la casa de Israel.


los cuales dicen: No será tan pronto; edifiquemos casas; esta será la olla, y nosotros la carne.


Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.


Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.


Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crie hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.


Pues así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad de sangres, de la olla herrumbrosa cuya herrumbre no ha sido quitada! Por sus piezas, por sus piezas sácala, sin echar suerte sobre ella.


Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.


Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová;


¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!


Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos,


¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.


Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.


Y procuraban prenderle, porque entendían que decía contra ellos aquella parábola; pero temían a la multitud, y dejándole, se fueron.


En aquel tiempo levantarán sobre vosotros refrán, y se hará endecha de lamentación, diciendo: Del todo fuimos destruidos; él ha cambiado la porción de mi pueblo. ¡Cómo nos quitó nuestros campos! Los dio y los repartió a otros.


Di ahora a la casa rebelde: ¿No habéis entendido qué significan estas cosas? Diles: He aquí que el rey de Babilonia vino a Jerusalén, y tomó a tu rey y a sus príncipes, y los llevó consigo a Babilonia.


Porque yo Jehová hablaré, y se cumplirá la palabra que yo hable; no se tardará más, sino que en vuestros días, oh casa rebelde, hablaré palabra y la cumpliré, dice Jehová el Señor.


Hijo de hombre, tú habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver y no ven, tienen oídos para oír y no oyen, porque son casa rebelde.


La ciudad no os será por olla, ni vosotros seréis en medio de ella la carne; en los límites de Israel os juzgaré.


Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Vuestros muertos que habéis puesto en medio de ella, ellos son la carne, y ella es la olla; mas yo os sacaré a vosotros de en medio de ella.


Como diamante, más fuerte que pedernal he hecho tu frente; no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa rebelde.


Vino a mí la palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Veo una olla que hierve; y su faz está hacia el norte.


Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.


Eliseo volvió a Gilgal cuando había una grande hambre en la tierra. Y los hijos de los profetas estaban con él, por lo que dijo a su criado: Pon una olla grande, y haz potaje para los hijos de los profetas.


Me dijo Jehová: Del norte se soltará el mal sobre todos los moradores de esta tierra.


Mas yo pondré a Ariel en apretura, y será desconsolada y triste; y será a mí como Ariel.


Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba.


Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos.


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