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Deuteronomio 7:9 - Biblia Reina Valera 1960

9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Reconoce, por lo tanto, que el Señor tu Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen sus mandatos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Reconoce, pues, que Yavé, tu Dios, es 'el' Dios. Es el Dios fiel, que guarda su Alianza y su misericordia hasta mil generaciones a los que lo aman y cumplen sus mandamientos,

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Reconoce que YHVH tu Dios es ’Elohim, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia para con los que le aman y guardan sus mandamientos hasta mil generaciones,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Reconoce, pues, que sólo Yahveh, tu Dios, es Dios: el Dios fiel que guarda la alianza y la benevolencia hasta mil generaciones para con los que le aman y guardan sus mandamientos;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta las mil generaciones;

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Deuteronomio 7:9
41 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.


Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.


Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.


Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos;


Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.


Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos;


Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.


Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.


y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.


Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.


Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió.


Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.


Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No.


y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.


Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.


para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.


Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.


Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.


A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él.


en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos,


y todos comieron el mismo alimento espiritual,


Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él.


Él hace memoria de su pacto perpetuamente, Y de la palabra que él mandó para mil generaciones;


Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.


El cual hizo los cielos y la tierra, El mar, y todo lo que en ellos hay; Que guarda verdad para siempre,


Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne.


He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.


Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos.


Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.


Él es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.


El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había jurado a vuestros padres, diciendo: No invalidaré jamás mi pacto con vosotros,


dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón;


Jehová Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti en el cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia con tus siervos que caminan delante de ti de todo su corazón;


Sobre los que guardan su pacto, Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.


Se acordó para siempre de su pacto; De la palabra que mandó para mil generaciones,


que haces misericordia a millares, y castigas la maldad de los padres en sus hijos después de ellos; Dios grande, poderoso, Jehová de los ejércitos es su nombre;


Ved ahora que yo, yo soy, Y no hay dioses conmigo; Yo hago morir, y yo hago vivir; Yo hiero, y yo sano; Y no hay quien pueda librar de mi mano.


Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová; Mas los que te aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza. Y la tierra reposó cuarenta años.


Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, temible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el sufrimiento que ha alcanzado a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día.


Tu justicia es como los montes de Dios, Tus juicios, abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.


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