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Daniel 4:14 - Biblia Reina Valera 1960

14 Y clamaba fuertemente y decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle el follaje, y dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 El mensajero gritó: ‘¡Talen el árbol y córtenle las ramas! ¡Sacúdanle las hojas y desparramen su fruta! Espanten los animales salvajes que están bajo su sombra y las aves que están en sus ramas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Tal es el juicio pronunciado por los ángeles, tal es la decisión de los Santos; así sabrá todo ser viviente que el Altísimo es el dueño de las realezas humanas. El exalta si quiere al más humilde de los hombres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 y clamando a gran voz, dijo así: ¡Cortad el árbol y quitadle sus ramas, sacudid su follaje y derramad su fruto, y váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Por decreto de los vigilantes es esta sentencia, por orden de los santos es esta decisión, para que sepan todos los vivientes que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres; lo da a quien le place y eleva al más humilde de los hombres.'

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Y clamaba fuertemente y decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle su follaje y desparramad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas.

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Daniel 4:14
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.


Y en cuanto a lo que vio el rey, un vigilante y santo que descendía del cielo y decía: Cortad el árbol y destruidlo; mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias del campo sea su parte, hasta que pasen sobre él siete tiempos;


Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego.


Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.


Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y se mantenía de él toda carne.


Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas,


Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible.


y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.


Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de su reino, y despojado de su gloria.


Curamos a Babilonia, y no ha sanado; dejadla, y vámonos cada uno a su tierra; porque ha llegado hasta el cielo su juicio, y se ha alzado hasta las nubes.


Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida, para que no perezcáis a causa de su maldad; porque el tiempo es de venganza de Jehová; le dará su pago.


Los olvidará el seno materno; de ellos sentirán los gusanos dulzura; Nunca más habrá de ellos memoria, Y como un árbol los impíos serán quebrantados.


Por tanto, así dijo Jehová el Señor: Ya que por ser encumbrado en altura, y haber levantado su cumbre entre densas ramas, su corazón se elevó con su altura,


Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise.


Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.


Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia,


Y fue echado de entre los hijos de los hombres, y su mente se hizo semejante a la de las bestias, y con los asnos monteses fue su morada. Hierba le hicieron comer como a buey, y su cuerpo fue mojado con el rocío del cielo, hasta que reconoció que el Altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre él al que le place.


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