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2 Reyes 2:14 - Biblia Reina Valera 1960

14 Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Golpeó el agua con el manto de Elías y exclamó: «¿Dónde está el Señor, Dios de Elías?». Entonces el río se dividió en dos y Eliseo lo cruzó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 tomó el manto de Elías y golpeó el agua con él, pero ésta no se dividió. Entonces dijo: '¿Dónde etá el Dios de Elías, dónde?' Y como volviera a golpear el agua, ésta se dividió en dos, y Eliseo atravesó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está YHVH, el Dios de Elías? Y cuando golpeó las aguas, también fueron divididas a uno y otro lado, y Eliseo cruzó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Tomó el manto de Elías que se le había caído de encima y golpeó con él las aguas, diciendo: '¿Dónde está Yahveh, Dios de Elías?'. Y al golpear las aguas, éstas se dividieron a un lado y a otro, y pasó Eliseo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo del mismo modo golpeado las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo.

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2 Reyes 2:14
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.


Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?


¿Por qué han de decir las gentes: Dónde está ahora su Dios?


Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.


Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.


Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?


Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?


Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.


Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán.


Entonces dijo él a Giezi: Ciñe tus lomos, y toma mi báculo en tu mano, y ve; si alguno te encontrare, no lo saludes, y si alguno te saludare, no le respondas; y pondrás mi báculo sobre el rostro del niño.


Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda.


Y no dijeron: ¿Dónde está Jehová, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, por una tierra desierta y despoblada, por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre?


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