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1 Timoteo 4:14 - Biblia Reina Valera 1960

14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 No descuides el don espiritual que recibiste mediante la profecía que se pronunció acerca de ti cuando los ancianos de la iglesia te impusieron las manos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 No descuides el don espiritual que recibiste de manos de profetas cuando el grupo de los presbíteros te impuso las manos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado por medio de profecía con imposición de las manos del presbiterio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 No dejes de cuidar el don que hay en ti y que, mediante intervención profética, se te confirió con la imposición de las manos del presbiterio.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 No descuides el don que está en ti, que te fue dado por profecía con la imposición de las manos del presbiterio.

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1 Timoteo 4:14
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.


Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia,


a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.


No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro.


Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.


Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.


Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.


lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.


como el sumo sacerdote también me es testigo, y todos los ancianos, de quienes también recibí cartas para los hermanos, y fui a Damasco para traer presos a Jerusalén también a los que estuviesen allí, para que fuesen castigados.


Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.


Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.


Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos.


Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.


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