Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





1 Pedro 1:8 - Biblia Reina Valera 1960

8 a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían en él y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Ustedes lo aman sin haberlo visto; ahora creen en él sin verlo, y nadie sabría expresar su alegría celestial'

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

8 a quien amáis sin haberlo visto, en quien aun no viéndolo, pero creyendo, os alegráis con gozo inefable y glorioso;

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Sin haberlo visto, lo amáis; y sin verlo por ahora, pero creyendo en él, experimentáis un gozo inefable y glorioso

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 a quien amáis sin haberle visto; en quien creyendo, aunque al presente no le veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;

សូមមើលជំពូក ចម្លង




1 Pedro 1:8
37 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.


Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.


Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.


También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.


no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.


En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,


Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.


Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo;


Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!


Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.


La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén.


Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe,


porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.


El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.


Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.


Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.


Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,


porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.


que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.


el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.


Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.


El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.


Si me amáis, guardad mis mandamientos.


El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí;


Su paladar, dulcísimo, y todo él codiciable. Tal es mi amado, tal es mi amigo, Oh doncellas de Jerusalén.


El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene.


¿Qué es tu amado más que otro amado, Oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿Qué es tu amado más que otro amado, Que así nos conjuras?


Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía; Pues ¿por qué había de estar yo como errante Junto a los rebaños de tus compañeros?


y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម