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1 Juan 5:18 - Biblia Reina Valera 1960

18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Sabemos que los hijos de Dios no se caracterizan por practicar el pecado, porque el Hijo de Dios los mantiene protegidos, y el maligno no puede tocarlos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Sabemos que el que ha nacido de Dios no peca, pues lo protege lo que en él ha nacido de Dios, y el Maligno no puede tocarlo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Sabemos que todo el que es nacido de Dios no peca, pues el que fue engendrado por Dios° lo guarda, y el maligno no lo agarra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Sabemos que quien ha nacido de Dios no peca; sino que Aquel que ha nacido de Dios lo guarda y el Maligno no lo toca.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Sabemos que cualquiera que es nacido de Dios, no peca, porque el que es engendrado de Dios, se guarda a sí mismo, y el maligno no le toca.

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1 Juan 5:18
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Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.


Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.


conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.


Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.


Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,


Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.


La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.


siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.


Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.


Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.


De todo mal camino contuve mis pies, Para guardar tu palabra.


Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad,


En cuanto a las obras humanas, por la palabra de tus labios Yo me he guardado de las sendas de los violentos.


Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.


Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.


Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.


Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.


los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.


Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.


Yo dije: Atenderé a mis caminos, Para no pecar con mi lengua; Guardaré mi boca con freno, En tanto que el impío esté delante de mí.


No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.


Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor.


Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.


No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.


Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.


Pues no hacen iniquidad Los que andan en sus caminos.


Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.


Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.


Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.


Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.


Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.


Y si cayere algo de los cadáveres sobre alguna semilla que se haya de sembrar, será limpia.


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