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Zacarías 6:5 - Biblia Nueva Traducción Viviente

5 —Son los cuatro espíritus del cielo que están delante del Señor de toda la tierra —el ángel contestó—. Ellos salen a hacer su trabajo.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y el ángel me respondió y me dijo: Estos son los cuatro vientos de los cielos, que salen después de presentarse delante del Señor de toda la tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 y su respuesta fue: 'Estos marchan en dirección de los cuatro puntos cardinales después de haberse presentado al Señor del mundo entero. Los caballos rojos se dirigen al oriente,

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y el ángel me respondió diciendo: Estos son los cuatro vientos de los cielos, que salen después de presentarse delante del Señor de toda la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 El ángel me respondió: 'Éstos son los que salen en dirección a los cuatro vientos del cielo después de haberse presentado al Señor de toda la tierra.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Y el Ángel me respondió, y me dijo: Estos son los cuatro espíritus de los cielos, que salen después de presentarse ante el Señor de toda la tierra.

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Zacarías 6:5
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Después vi a cuatro ángeles que estaban de pie en las cuatro esquinas de la tierra. Sujetaban los cuatro vientos para que no soplaran sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol.


Por lo tanto, los ángeles solo son sirvientes, espíritus enviados para cuidar a quienes heredarán la salvación.


Pero con respecto a los ángeles, Dios dice: «Él envía a sus ángeles como los vientos y a sus sirvientes como llamas de fuego».


Luego me dijo: «Hijo de hombre, anuncia un mensaje profético a los vientos. Anuncia un mensaje profético y di: “Esto dice el Señor Soberano: ‘¡Ven, oh aliento, ven de los cuatro vientos y sopla en estos cuerpos muertos para que vuelvan a vivir!’”».


Enviará a sus ángeles con un potente toque de trompeta y reunirán a los elegidos de todas partes del mundo, desde los extremos más lejanos de la tierra y del cielo.


Entonces él me dijo: —Representan a los dos ungidos que están de pie en la corte del Señor de toda la tierra.


y un río de fuego brotaba de su presencia. Millones de ángeles le atendían; muchos millones se pusieron de pie para servirle. Entonces comenzó la sesión del tribunal y se abrieron los libros.


Esa noche, en mi visión, yo, Daniel, vi una tempestad que agitaba la superficie de un mar grande, con vientos fuertes soplando de todas direcciones.


Pues tu Creador será tu marido; ¡el Señor de los Ejércitos Celestiales es su nombre! Él es tu Redentor, el Santo de Israel, el Dios de toda la tierra.


Rodeado de incontables millares de carros de guerra, el Señor llegó del monte Sinaí y entró en su santuario.


Un día los miembros de la corte celestial llegaron para presentarse delante del Señor, y el Acusador, Satanás, vino con ellos.


Micaías continuó diciendo: —¡Escucha lo que dice el Señor! Vi al Señor sentado en su trono, rodeado por todos los ejércitos del cielo, a su derecha y a su izquierda.


Entonces el ángel dijo: —¡Yo soy Gabriel! Estoy en la presencia misma de Dios. ¡Fue él quien me envió a darte esta buena noticia!


»Cuidado con despreciar a cualquiera de estos pequeños. Les digo que, en el cielo, sus ángeles siempre están en la presencia de mi Padre celestial.


No menosprecien estos modestos comienzos, pues el Señor se alegrará cuando vea que el trabajo se inicia y que la plomada está en las manos de Zorobabel». (Las siete lámparas representan los ojos del Señor que recorren toda la tierra).


Luego los querubines desplegaron las alas y se elevaron por el aire con las ruedas junto a ellos y la gloria del Dios de Israel se sostenía en el aire por encima de ellos.


el fuego y el granizo, la nieve y las nubes, el viento y el clima que lo obedecen,


El Señor le dijo: —Sal y ponte de pie delante de mí, en la montaña. Mientras Elías estaba de pie allí, el Señor pasó, y un viento fuerte e impetuoso azotó la montaña. La ráfaga fue tan tremenda que las rocas se aflojaron, pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto, pero el Señor no estaba en el terremoto.


¡Miren, el arca del pacto que pertenece al Señor de toda la tierra los guiará al cruzar el río Jordán!


Traeré enemigos de todas partes y esparciré a la gente de Elam a los cuatro vientos. Serán desterrados a países de todo el mundo.


Pero cuando esté en la cumbre de su poder, su reino será quebrado y dividido en cuatro partes. Este reino no será gobernado por los descendientes del rey, ni tendrá el poder que tuvo antes. Pues su imperio será arrancado de raíz y entregado a otros.


Entonces levanté la mirada otra vez y vi cuatro carros de guerra que salían de entre dos montañas de bronce.


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