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Zacarías 6:1 - Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Entonces levanté la mirada otra vez y vi cuatro carros de guerra que salían de entre dos montañas de bronce.

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Biblia Reina Valera 1960

1 De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y aquellos montes eran de bronce.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Tuve otra visión: cuatro carros salían de entre dos cerros y los cerros eran de bronce.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Volví a alzar mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes, y los montes eran montes de bronce.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Volví a levantar los ojos y tuve una visión: vi cuatro carros que salían de entre dos montes. Los montes eran de bronce.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Y me volví, y alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montañas; y aquellas montañas eran montañas de bronce.

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Zacarías 6:1
22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Los cuatro cuernos prominentes que reemplazaron el cuerno enorme indican que el Imperio griego se dividirá en cuatro reinos, pero que ninguno de ellos será tan grande como el primero.


Es más, dado que estamos unidos a Cristo, hemos recibido una herencia de parte de Dios, porque él nos eligió de antemano y hace que todas las cosas resulten de acuerdo con su plan.


Sin embargo, todo lo que hicieron ya estaba determinado de antemano de acuerdo con tu voluntad.


—Son los cuatro espíritus del cielo que están delante del Señor de toda la tierra —el ángel contestó—. Ellos salen a hacer su trabajo.


Levanté otra vez la mirada y vi un rollo volando en el aire.


Todos los hombres de la tierra no son nada comparados con él. Él hace lo que quiere entre los ángeles del cielo y entre la gente de la tierra. Nadie puede detenerlo ni decirle: “¿Por qué haces estas cosas?”.


Pero dejen en la tierra el tocón con las raíces, sujeto con una faja de hierro y bronce y rodeado por la hierba tierna. Que lo moje el rocío del cielo, y que viva con los animales salvajes entre las plantas del campo.


Desde la eternidad y hasta la eternidad, yo soy Dios. No hay quien pueda arrebatar a nadie de mi mano; nadie puede deshacer lo que he hecho».


No hay sabiduría humana ni entendimiento ni proyecto que puedan hacerle frente al Señor.


Tu rectitud es como las poderosas montañas, tu justicia, como la profundidad de los océanos. Tú cuidas de la gente y de los animales por igual, oh Señor.


Pero los planes del Señor se mantienen firmes para siempre; sus propósitos nunca serán frustrados.


Sin embargo, si él opta por quedarse callado, ¿quién puede criticarlo? Cuando esconde su rostro, nadie puede encontrarlo, ya sea un individuo o una nación.


Él levanta al pobre del polvo y al necesitado del basurero. Los pone entre los príncipes y los coloca en los asientos de honor. Pues toda la tierra pertenece al Señor, y él puso en orden el mundo.


Ese era su plan eterno, que él llevó a cabo por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.


Entonces Eliseo oró: «Oh Señor, ¡abre los ojos de este joven para que vea!». Así que el Señor abrió los ojos del joven, y cuando levantó la vista vio que la montaña alrededor de Eliseo estaba llena de caballos y carros de fuego.


Miren, el Señor viene con fuego, y sus veloces carros de guerra retumban como un torbellino. Él traerá castigo con la furia de su ira y con el ardiente fuego de su dura reprensión.


¡Nuestro enemigo avanza hacia nosotros como nubarrones! Sus carros de guerra son como torbellinos; sus caballos son más veloces que las águilas. ¡Qué horrible será, pues estamos condenados!


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