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Zacarías 12:6 - Biblia Nueva Traducción Viviente

6 »En aquel día yo haré que los clanes de Judá sean como una llama que le prende fuego a un montón de leña o como una antorcha encendida entre los manojos de grano. Destruirán con fuego a las naciones vecinas a la derecha y a la izquierda, mientras la gente que vive en Jerusalén permanecerá segura.

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Biblia Reina Valera 1960

6 En aquel día pondré a los capitanes de Judá como brasero de fuego entre leña, y como antorcha ardiendo entre gavillas; y consumirán a diestra y a siniestra a todos los pueblos alrededor; y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Aquel día haré que los pueblitos de Judá sean como un fósforo encendido en un montón de leña, como una antorcha lanzada entre las gavillas; devorarán a izquierda y derecha a todos los pueblos de los alrededores. A Jerusalén, empero, no le pasará nada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Aquel día pondré a los caudillos de Judá como brasero encendido° entre la leña y como antorcha de fuego entre las gavillas, pues devorarán a diestra y a siniestra a todos los pueblos vecinos; y Jerusalem será otra vez habitada en su mismo asiento: en Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Aquel día haré de los jefes de Judá como brasero encendido en el bosque y como antorcha encendida entre gavillas: devorarán a derecha y a izquierda a todos los pueblos de alrededor, pero Jerusalén permanecerá donde se encuentra: en Jerusalén.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 En aquel día pondré a los gobernadores de Judá como un brasero de fuego entre la leña, y como una tea de fuego en gavillas; y consumirán a derecha y a izquierda a todos los pueblos alrededor: y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén.

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Zacarías 12:6
25 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El pueblo de Israel será un fuego violento, y Edom, un campo de hierba seca. Los descendientes de José serán una llama que rugirá a través del campo, devorándolo todo. No quedará nadie con vida en Edom. ¡Yo, el Señor, he hablado!


El otro ángel dijo: —Apresúrate y dile a ese joven: “¡Jerusalén algún día estará tan llena de gente y de animales que no habrá lugar suficiente para todos! Muchos vivirán fuera de las murallas de la ciudad.


El Señor de los Ejércitos Celestiales protegerá a su pueblo, quien derrotará a sus enemigos lanzándoles grandes piedras. Gritarán en la batalla como si estuvieran borrachos con vino. Se llenarán de sangre como si fueran un tazón, empapados con sangre como las esquinas del altar.


«¡Levántate y aplasta a las naciones, oh Jerusalén! —dice el Señor—. Pues te daré cuernos de hierro y pezuñas de bronce, para que pisotees a muchas naciones hasta reducirlas a polvo. Presentarás al Señor las riquezas mal habidas de esas naciones, sus tesoros al Señor de toda la tierra».


Esto dice el Señor: «Cuando del cautiverio traiga a Israel de regreso a casa y cuando restablezca su bienestar, Jerusalén será reedificada sobre sus ruinas y el palacio reconstruido como antes.


Pues pronto estarás llena a rebosar; tus descendientes ocuparán otras naciones y repoblarán las ciudades en ruinas.


Atacarán a su vecino de la derecha pero seguirán con hambre. Devorarán a su vecino de la izquierda, pero no quedarán satisfechos. Al final, se comerán hasta a sus propios hijos.


Y los vi cuando subían por toda la anchura de la tierra y rodeaban al pueblo de Dios y a la ciudad amada; pero cayó fuego del cielo sobre el ejército que atacaba y lo consumió.


Con fidelidad predicamos la verdad. El poder de Dios actúa en nosotros. Usamos las armas de la justicia con la mano derecha para atacar y con la izquierda para defender.


Líbano, abre tus puertas, para que el fuego pueda devorar tus bosques de cedro.


La tierra de Judá será la preciada posesión del Señor en la tierra santa y él elegirá una vez más a Jerusalén para ser su propia ciudad.


»”’Por lo tanto, esto es lo que dice el Señor: he vuelto a mostrar misericordia a Jerusalén. Mi templo será reedificado, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, y se tomarán las medidas para la reconstrucción de Jerusalén’”.


Los clanes de Judá se dirán a sí mismos: “El pueblo de Jerusalén ha encontrado fuerzas en su Dios, el Señor de los Ejércitos Celestiales”.


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