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Sofonías 3:20 - Biblia Nueva Traducción Viviente

20 En ese día los reuniré y los traeré de regreso a casa. Les daré un buen nombre, un nombre distinguido entre todas las naciones de la tierra, cuando, ante sus propios ojos, restauraré tu bienestar. ¡Yo, el Señor, he hablado!».

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Biblia Reina Valera 1960

20 En aquel tiempo yo os traeré, en aquel tiempo os reuniré yo; pues os pondré para renombre y para alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando levante vuestro cautiverio delante de vuestros ojos, dice Jehová.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Ese día los traeré a este lugar y los reuniré para hacerlos famosos y respetados entre todos los pueblos de la tierra, cuando traiga de vuelta a los cautivos a la vista de ustedes, dice Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 En ese tiempo os traeré y en esa ocasión os recogeré, y haré que seáis motivo de alabanza y renombre entre todos los pueblos de la tierra, cuando Yo haga volver vuestro cautiverio ante vuestros mismos ojos, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Entonces os guiaré, después de haberos reunido. Os daré gloria y renombre entre todos los pueblos de la tierra, cuando cambie vuestra suerte ante vuestros ojos -dice Yahveh-.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 En aquel tiempo yo os traeré, en aquel tiempo yo os reuniré; pues os daré por renombre y por alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando haga volver vuestra cautividad delante de vuestros ojos, dice Jehová.

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Sofonías 3:20
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Sí, me encontrarán —dice el Señor—. Pondré fin a su cautiverio y restableceré su bienestar. Los reuniré de las naciones adonde los envié y los llevaré a casa, de regreso a su propia tierra”.


Entonces todas las naciones los llamarán benditos, porque su tierra será un deleite», dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.


Les daré —dentro de las paredes de mi casa— un recordatorio y un nombre, mucho más grande del que hijos o hijas pudieran darles. Pues el nombre que les doy es eterno; ¡nunca desaparecerá!


Sin embargo, trataré con severidad a quienes te oprimieron. Salvaré al débil y al indefenso; reuniré a los que fueron expulsados. Daré gloria y renombre a los que fueron desterrados dondequiera que hayan sido ridiculizados y avergonzados.


Traeré a mi pueblo Israel de su cautiverio en tierras lejanas; reedificarán sus ciudades que están en ruinas y nuevamente vivirán en ellas. Plantarán viñedos y huertos; comerán sus cosechas y beberán su vino.


»En el tiempo de esos acontecimientos —dice el Señor—, cuando yo restaure la prosperidad de Judá y de Jerusalén,


Buscaré a mis perdidas y las traeré sanas y salvas de regreso a casa. Vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles. Sin embargo, destruiré a las gordas y poderosas; ¡a ellas también les daré de comer, pero juicio!


»Aunque una vez fuiste despreciada y odiada, y nadie pasaba por tus calles, yo te haré hermosa para siempre, una alegría para todas las generaciones.


Allí pastoreará un remanente de la tribu de Judá. Por las noches descansarán en las casas abandonadas de Ascalón. Pues el Señor su Dios visitará a su pueblo con bondad y le devolverá su prosperidad.


Entonces mi pueblo sabrá que yo soy el Señor su Dios, porque los envié al destierro y los regresé a su hogar. No abandonaré a ninguno de mi pueblo.


Dales este mensaje de parte del Señor Soberano: “Reuniré al pueblo de Israel de entre las naciones. Los regresaré a su propia tierra desde los lugares adonde fueron esparcidos.


»Esto dice el Señor Soberano: el pueblo de Israel volverá a vivir en su propio país, la tierra que le di a mi siervo Jacob. Pues reuniré a los israelitas de entre las tierras lejanas adonde los había esparcido. A la vista de las naciones del mundo, revelaré mi santidad en mi pueblo.


»Tan cierto como que mis cielos nuevos y mi tierra nueva permanecerán, así también ustedes serán mi pueblo para siempre, con un nombre que nunca desaparecerá —dice el Señor—.


Sus descendientes serán reconocidos y honrados entre las naciones. Todo el mundo se dará cuenta de que es un pueblo al que el Señor ha bendecido».


Haz que su camino sea oscuro y resbaladizo, y que el ángel del Señor los persiga.


Por lo tanto, profetiza y diles: “Esto dice el Señor Soberano: ‘Oh pueblo mío, abriré las tumbas del destierro y haré que te levantes. Luego te regresaré a la tierra de Israel.


Serán llamados «El pueblo santo» y «El pueblo redimido por el Señor». Y Jerusalén será conocida como «El lugar deseable» y «La ciudad ya no abandonada».


»”Sin embargo, algún día restauraré el bienestar de Sodoma y de Samaria, y también te restauraré a ti.


No le den descanso al Señor hasta que termine su obra, hasta que haga de Jerusalén el orgullo de toda la tierra.


Pues el Señor Soberano, que hace volver a los marginados de Israel, dice: Traeré a otros también, además de mi pueblo Israel».


El Señor ha declarado hoy que tú eres su pueblo, su tesoro especial, tal como lo prometió, y que debes obedecer todos sus mandatos.


Si lo haces, él te pondrá muy por encima de todas las otras naciones que creó. Entonces recibirás alabanza, honra y fama. Serás una nación santa para el Señor tu Dios, tal como lo prometió».


Pues se acerca la hora cuando restableceré el bienestar de mi pueblo, Israel y Judá. Los traeré a casa, a esta tierra que di a sus antepasados, y volverán a poseerla. ¡Yo, el Señor, he hablado!».


Todo el pueblo colaborará, pues será una victoria gloriosa para Israel ese día, cuando demuestre mi gloria, dice el Señor Soberano.


Yo los haré regresar a casa para que vivan seguros en Jerusalén. Ellos serán mi pueblo, y como su Dios los trataré con fidelidad y justicia.


pero reuniré al remanente de mi rebaño de todos los países donde lo he expulsado. Volveré a traer a mis ovejas a su redil y serán fructíferas y crecerán en número.


¡Entonces esta ciudad me traerá gozo, gloria y honra ante todas las naciones de la tierra! ¡Ellas verán todo el bien que hago a mi pueblo y temblarán de asombro al ver la paz y prosperidad que le doy!


«Algún día, oh Israel, yo te reuniré; juntaré al remanente que quedó. Volveré a reunirlos como ovejas en su redil y como un rebaño en su pastizal. ¡Sí, su tierra se llenará nuevamente de ruidosas multitudes!


Los que son débiles sobrevivirán como un remanente; los que fueron desterrados volverán a ser una nación poderosa. Entonces yo, el Señor, desde Jerusalén gobernaré como su rey para siempre».


Entre las demás naciones, Judá e Israel se convirtieron en símbolo de una nación maldita. ¡Pues ya no lo serán más! Ahora los rescataré y los haré símbolo y fuente de bendición. Así que no tengan miedo. ¡Sean fuertes y sigan con la reconstrucción del templo!


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