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Sofonías 3:13 - Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Los del remanente de Israel no harán nada malo; nunca mentirán ni se engañarán unos a otros. Comerán y dormirán seguros, sin que nadie los atemorice».

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Biblia Reina Valera 1960

13 El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Aquellos que queden de Israel no cometerán injusticias; no hablarán para engañar, ni se hallará falsedad en su boca. Entonces serán como el rebaño que pasta y que descansa, y no habrá quién los perturbe.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 El remanente de Israel no cometerá iniquidad, ni hablará mentira, ni se hallará en su boca lengua engañosa, pues ellos se apacentarán y reposarán, sin que haya quien los aterrorice.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 El resto de Israel no cometerá ya iniquidad, ni dirá mentiras, ni tendrá en su boca una lengua mendaz. Se apacentarán y descansarán, sin que nadie los inquiete.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 El remanente de Israel no hará iniquidad, ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa: porque ellos serán apacentados y dormirán, y no habrá quien los espante.

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Sofonías 3:13
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Ellos no han dicho mentiras y son intachables.


Allí pastoreará un remanente de la tribu de Judá. Por las noches descansarán en las casas abandonadas de Ascalón. Pues el Señor su Dios visitará a su pueblo con bondad y le devolverá su prosperidad.


Los que son débiles sobrevivirán como un remanente; los que fueron desterrados volverán a ser una nación poderosa. Entonces yo, el Señor, desde Jerusalén gobernaré como su rey para siempre».


Todo tu pueblo será justo; poseerá para siempre su tierra, pues yo lo plantaré allí con mis propias manos con el fin de darme gloria a mí mismo.


Todos vivirán en paz y prosperidad; disfrutarán de sus propias vides e higueras porque no habrá nada que temer. ¡El Señor de los Ejércitos Celestiales ha hecho esta promesa!


Las ciudades de Aroer quedarán desiertas. Las manadas pastarán en las calles y se echarán sin que nada las perturbe, sin que nadie las espante.


Mientras ellos se acercaban, Jesús dijo: —Aquí viene un verdadero hijo de Israel, un hombre totalmente íntegro.


«Entonces ustedes sabrán que yo, el Señor su Dios, habito en Sion, mi monte santo. Jerusalén será santa para siempre, y los ejércitos extranjeros nunca más volverán a conquistarla.


Una vez que regresen a su propia tierra para vivir en paz, donde nadie los molestará, asumirán la responsabilidad de la deshonra e infidelidad que cometieron.


«Pero este es el nuevo pacto que haré con el pueblo de Israel después de esos días —dice el Señor—. Pondré mis instrucciones en lo más profundo de ellos y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.


»Así que no temas, Jacob, mi siervo; no te dejes abatir, Israel —dice el Señor—. Pues desde tierras lejanas los traeré de regreso a casa, y sus hijos regresarán del destierro. Israel regresará a una vida de paz y tranquilidad, y nadie lo atemorizará.


Entonces nombraré pastores responsables que cuidarán de ellas, y nunca más tendrán temor. Ni una sola se perderá ni se extraviará. ¡Yo, el Señor, he hablado!


Estarás segura bajo un gobierno justo e imparcial; tus enemigos se mantendrán muy lejos. Vivirás en paz, y el terror no se te acercará.


No se permitirá la entrada a ninguna cosa mala ni tampoco a nadie que practique la idolatría y el engaño. Solo podrán entrar los que tengan su nombre escrito en el libro de la vida del Cordero.


»Pero los cobardes, los incrédulos, los corruptos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que rinden culto a ídolos y todos los mentirosos, tendrán su destino en el lago de fuego que arde con azufre. Esta es la segunda muerte».


Sabemos que los hijos de Dios no se caracterizan por practicar el pecado, porque el Hijo de Dios los mantiene protegidos, y el maligno no puede tocarlos.


Pero, aun si sufren por hacer lo correcto, Dios va a recompensarlos. Así que no se preocupen ni tengan miedo a las amenazas.


No se mientan unos a otros, porque ustedes ya se han quitado la vieja naturaleza pecaminosa y todos sus actos perversos.


El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y ellos quitarán del reino todo lo que produzca pecado y a todos aquellos que hagan lo malo.


Oh Señor, protege a tu pueblo con tu vara de pastor; guía a tu rebaño, tu posesión más preciada. Aunque viva solo en un matorral en lo alto del monte Carmelo, que se alimente en los fértiles pastos de Basán y Galaad como lo hacía en tiempos pasados.


Perdonaré los crímenes de mi pueblo que todavía no he perdonado; y yo, el Señor, haré mi hogar en Jerusalén con mi pueblo».


La llanura de Sarón se llenará nuevamente de rebaños para mi pueblo que me busca, y el valle de Acor será lugar de pastoreo para las manadas.


Él dijo: «Ellos son mi pueblo. Ciertamente no volverán a traicionarme». Y se convirtió en su Salvador.


Un gran camino atravesará esa tierra, antes vacía; se le dará el nombre de Carretera de la Santidad. Los de mente malvada nunca viajarán por ella. Será solamente para quienes anden por los caminos de Dios; los necios nunca andarán por ella.


Si aún sobrevive una décima parte, un remanente, volverá a ser invadida y quemada. Pero así como el terebinto o el roble dejan un tocón cuando se cortan, también el tocón de Israel será una semilla santa.


No negocian con el mal y andan solo en los caminos del Señor.


En verdes prados me deja descansar; me conduce junto a arroyos tranquilos.


»Les daré paz en la tierra y podrán dormir sin temor alguno. Libraré la tierra de animales salvajes y mantendré a sus enemigos fuera del país.


Te acostarás sin temor; muchos buscarán tu ayuda.


Rescátame, oh Señor, de los mentirosos y de todos los embusteros.


¡Ay, lengua engañosa! ¿Qué hará Dios contigo? ¿Cómo aumentará tu castigo?


Pero el Señor todavía está en la ciudad, y él no hace nada malo. Día tras día emite justicia; él nunca falla. Pero los perversos no conocen la vergüenza.


»Ahora dice el Señor: regresaré al monte Sion y viviré en Jerusalén. Entonces Jerusalén se llamará la Ciudad Fiel; el monte del Señor de los Ejércitos Celestiales se llamará Monte Santo.


Pero ustedes deben hacer lo siguiente: digan la verdad unos a otros. En sus tribunales, pronuncien veredictos que sean justos y que conduzcan a la paz.


Así que el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le había dado descanso por todo el territorio.


Pues estoy plantando semillas de paz y prosperidad entre ustedes. Las vides estarán cargadas de fruta, la tierra producirá sus cosechas y los cielos soltarán el rocío. Una vez más yo haré que el remanente de Judá y de Israel herede estas bendiciones.


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