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Sofonías 1:13 - Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Por eso serán despojados de sus posesiones, y sus casas serán saqueadas. Construirán nuevas casas, pero nunca vivirán en ellas. Plantarán viñedos, pero nunca beberán su vino.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Por tanto, serán saqueados sus bienes, y sus casas asoladas; edificarán casas, mas no las habitarán, y plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Pues bien, sus riquezas serán saqueadas; sus casas, demolidas'

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Por tanto sus riquezas serán saqueadas y sus casas asoladas. Edificarán casas, pero no las habitarán, plantarán viñas, pero no beberán su vino.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Su riqueza será entregada al pillaje, sus casas a la devastación. Si construyen casas, no las habitarán; si plantan viñas, no beberán su vino.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Será por tanto saqueada su hacienda, y sus casas asoladas; y edificarán casas, mas no las habitarán; y plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas.

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Sofonías 1:13
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Pisotean a los pobres, robándoles el grano con impuestos y rentas injustas. Por lo tanto, aunque construyan hermosas casas de piedra, nunca vivirán en ellas. Aunque planten viñedos exuberantes, nunca beberán su vino.


Sembrarás pero no cosecharás. Prensarás tus aceitunas, pero no obtendrás aceite suficiente para ungirte. Pisarás las uvas, pero no conseguirás sacarles jugo para hacer vino.


»Estarás comprometido para casarte, pero otro se acostará con tu prometida. Construirás una casa, pero otro vivirá en ella. Plantarás un viñedo, pero nunca aprovecharás sus frutos.


Se las daré a los extranjeros como botín, a las naciones más perversas, y ellas las profanarán.


Sin que a ellos les cueste nada, entregaré tus riquezas y tesoros a tus enemigos como botín, porque el pecado corre desenfrenado en tu tierra.


Escuchen a los habitantes de Jerusalén llorando desesperados: “¡Estamos arruinados! ¡Estamos totalmente humillados! Tenemos que abandonar nuestra tierra, porque derribaron nuestras casas”».


Plantarás viñedos y los cuidarás, pero no beberás el vino ni comerás las uvas, porque los gusanos destruirán las vides.


Sí, castigaré a los que toman parte en cultos paganos y a los que llenan las casas de sus amos con violencia y engaño.


Por causa de ustedes, el monte Sion quedará arado como un campo abierto; ¡Jerusalén será reducida a escombros! Un matorral crecerá en las cumbres, donde ahora se encuentra el templo.


Por eso ahora derramaré mi furia sobre ellos y los consumiré con el fuego de mi enojo. Haré recaer sobre su cabeza todo el castigo por cada uno de sus pecados. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!”».


»Arrojarán su dinero a la calle; lo tirarán como si fuera basura. Ni su plata ni su oro los salvará cuando llegue ese día del enojo del Señor. No los saciarán ni los alimentarán, porque su avaricia solo los hace tropezar.


«Haré de Jerusalén un montón de ruinas —dice el Señor—, y será un lugar frecuentado por chacales. Las ciudades de Judá serán abandonadas, y nadie vivirá en ellas».


Devorarán la comida de tu cosecha; devorarán a tus hijos e hijas. Devorarán tus rebaños y manadas; devorarán tus uvas y tus higueras. Y destruirán tus ciudades fortificadas que consideras tan seguras.


Olas de destrucción cubren la tierra, hasta dejarla en completa desolación. Súbitamente mis carpas son destruidas; de repente mis refugios son demolidos.


Desde su guarida un león acecha, un destructor de naciones. Ha salido de su guarida y se dirige hacia ustedes. ¡Arrasará su tierra! Sus ciudades quedarán en ruinas, y ya nadie vivirá en ellas.


Entonces yo dije: —Señor, ¿cuánto tiempo durará esto? Y él contestó: —Hasta que sus ciudades queden vacías, sus casas queden desiertas y la tierra entera quede seca y baldía;


Sus ejércitos devorarán tus animales y tus cultivos, y tú quedarás destruido. No dejarán ninguna clase de grano, ni vino nuevo, ni aceite de oliva, ni terneros, ni corderos, y te morirás de hambre.


Así que entregaré mi monte santo —junto con todas sus riquezas, tesoros y santuarios paganos— como botín a sus enemigos, porque el pecado corre desenfrenado en su tierra.


Se entregó nuestra herencia a extraños, y nuestras casas, a extranjeros.


Traeré a las naciones más despiadadas para que se apoderen de sus casas. Derrumbaré sus orgullosas fortalezas y haré que se profanen sus santuarios.


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