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Santiago 4:9 - Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Derramen lágrimas por lo que han hecho. Que haya lamento y profundo dolor. Que haya llanto en lugar de risa y tristeza en lugar de alegría.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Reconozcan su miseria, laméntenla y lloren. Lo que les conviene es llanto y no risa, tristeza y no alegría.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 ¡Afligíos, y lamentad y llorad! ¡Conviértase vuestra risa en lamento y vuestro regocijo en desaliento!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Reconoced vuestra miseria; lamentaos y llorad. Que vuestra risa se convierta en lamento, y vuestra alegría en tristeza.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.

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Santiago 4:9
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Dios bendice a los que lloran, porque serán consolados.


La risa puede ocultar un corazón afligido, pero cuando la risa termina, el dolor permanece.


Qué aflicción les espera a ustedes, los que ahora están gordos y prósperos, porque tienen un horrible tiempo de hambre por delante. Qué aflicción les espera a ustedes, los que ahora se ríen, porque su risa se convertirá en luto y dolor.


Yo solía desviarme, hasta que me disciplinaste; pero ahora sigo de cerca tu palabra.


Recordarás tus pecados y te cubrirás la boca enmudecida de vergüenza, cuando te perdone por todo lo que hiciste. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!”».


Los sobrevivientes que escapen hacia las montañas gemirán como palomas, sollozando por sus pecados.


»Abraham le dijo: “Hijo, recuerda que tuviste todo lo que quisiste durante tu vida, y Lázaro no tuvo nada. Ahora él está aquí recibiendo consuelo y tú estás en angustia.


Mi arpa toca música triste, y mi flauta acompaña a los que lloran.


Dios los bendice a ustedes, que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dios los bendice a ustedes, que ahora lloran, porque a su debido tiempo reirán.


La alegría abandonó nuestro corazón; nuestras danzas se convirtieron en luto.


Las jóvenes danzarán de alegría, y los hombres —jóvenes y viejos— se unirán a la celebración. Convertiré su duelo en alegría. Los consolaré y cambiaré su aflicción en regocijo.


Por sus rostros correrán lágrimas de alegría, y con mucho cuidado los guiaré a casa. Caminarán junto a arroyos quietos y por caminos llanos donde no tropezarán. Pues soy el padre de Israel, y Efraín es mi hijo mayor.


Entonces dije: «La risa es tonta. ¿De qué sirve andar en busca de placeres?».


El sufrimiento me hizo bien, porque me enseñó a prestar atención a tus decretos.


Torrentes de lágrimas brotan de mis ojos, porque la gente desobedece tus enseñanzas.


Luego Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que interpretaban para el pueblo dijeron: «¡No se lamenten ni lloren en un día como este! Pues hoy es un día sagrado delante del Señor su Dios». Pues todo el pueblo había estado llorando mientras escuchaba las palabras de la ley.


Los líderes religiosos contestaron: —A los hombres malvados les dará una muerte horrible y alquilará el viñedo a otros que le darán su porción después de cada cosecha.


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