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Santiago 4:2 - Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Desean lo que no tienen, entonces traman y hasta matan para conseguirlo. Envidian lo que otros tienen, pero no pueden obtenerlo, por eso luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo, no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Ustedes quisieran tener y no tienen, entonces matan; tienen envidia y no consiguen, entonces no hay más que discusiones y peleas. Pero si ustedes no tienen es porque no piden,

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Codiciáis y no tenéis, entonces° asesináis; ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; lucháis y guerreáis; no tenéis lo que deseáis, porque no pedís;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Codiciáis y no tenéis. Matáis y envidiáis y no podéis conseguir nada. Lucháis y combatís. No tenéis, porque no pedís.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar, combatís y guerreáis, y no tenéis porque no pedís.

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Santiago 4:2
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No lo han hecho antes. Pidan en mi nombre y recibirán y tendrán alegría en abundancia.


Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla.


Jesús contestó: —Si tan solo supieras el regalo que Dios tiene para ti y con quién estás hablando, tú me pedirías a mí, y yo te daría agua viva.


Así terminan todos los que codician el dinero; esa codicia les roba la vida.


La riqueza es traicionera y los arrogantes nunca están tranquilos. Abren la boca tan grande como una tumba, y como la muerte nunca están satisfechos. En su avaricia juntaron a muchas naciones y devoraron a muchos pueblos.


Pero el rey se negó. —No —dijo el rey—. No pondré a prueba al Señor así.


Es el caso de un hombre que está totalmente solo, sin hijos ni hermanos, no obstante trabaja mucho para acumular toda la riqueza posible. Sin embargo, luego se pregunta: «¿Para quién trabajo? ¿Por qué me privo de tantos placeres?». Nada tiene sentido, todo es tan deprimente.


Han condenado y matado a personas inocentes, que no ponían resistencia.


Todo el que odia a un hermano, en el fondo de su corazón es un asesino, y ustedes saben que ningún asesino tiene la vida eterna en él.


—Le pedí a Nabot que me vendiera su viñedo, incluso le ofrecí canjeárselo por otro mejor, ¡pero no quiso! —le contestó Acab.


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