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Santiago 1:19 - Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Hermanos muy queridos, sean prontos para escuchar, pero lentos para hablar y enojarse,

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Sabed,° mis amados hermanos: Todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Aprended esto, hermanos míos queridos: que todo hombre sea pronto para escuchar, tardo para hablar, tardo para la ira.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea presto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira;

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Santiago 1:19
54 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El verdadero sabio emplea pocas palabras; la persona con entendimiento es serena.


Cuida tu lengua y mantén la boca cerrada, y no te meterás en problemas.


Los que tienen entendimiento no pierden los estribos; los que se enojan fácilmente demuestran gran necedad.


Hablar demasiado conduce al pecado. Sé prudente y mantén la boca cerrada.


Precipitarse a responder antes de escuchar los hechos es a la vez necio y vergonzoso.


Los que controlan su lengua tendrán una larga vida; el abrir la boca puede arruinarlo todo.


Mejor es ser paciente que poderoso; más vale tener control propio que conquistar una ciudad.


Además, «no pequen al dejar que el enojo los controle». No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados,


El que pierde los estribos con facilidad provoca peleas; el que se mantiene sereno, las detiene.


pero ahora es el momento de eliminar el enojo, la furia, el comportamiento malicioso, la calumnia y el lenguaje sucio.


Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta.


La lengua puede traer vida o muerte; los que hablan mucho cosecharán las consecuencias.


Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean siempre agradecidos.


Las personas sensatas no pierden los estribos; se ganan el respeto pasando por alto las ofensas.


La lengua de los sabios hace que el conocimiento sea atractivo, pero la boca de un necio escupe tonterías.


Una persona sin control propio es como una ciudad con las murallas destruidas.


Los que se enojan fácilmente cometen locuras, y los que maquinan maldad son odiados.


Pero yo digo: aun si te enojas con alguien, ¡quedarás sujeto a juicio! Si llamas a alguien idiota, corres peligro de que te lleven ante el tribunal; y si maldices a alguien, corres peligro de caer en los fuegos del infierno.


Comenzar una pelea es como abrir las compuertas de una represa, así que detente antes de que estalle la disputa.


Si afirmas ser religioso pero no controlas tu lengua, te engañas a ti mismo y tu religión no vale nada.


Por lo tanto, nunca dejamos de darle gracias a Dios de que cuando recibieron su mensaje de parte nuestra, ustedes no consideraron nuestras palabras como solo ideas humanas. Tomaron lo que dijimos como la misma palabra de Dios, la cual, por supuesto, lo es. Y esta palabra sigue actuando en ustedes los que creen.


Se negaron a obedecerte y no se acordaron de los milagros que habías hecho a favor de ellos. En cambio, se pusieron tercos y nombraron a un líder para que los llevara de regreso a su esclavitud en Egipto; pero tú eres Dios de perdón, bondadoso y misericordioso, lento para enojarte y rico en amor inagotable. No los abandonaste,


Los de Berea tenían una mentalidad más abierta que los de Tesalónica y escucharon con entusiasmo el mensaje de Pablo. Día tras día examinaban las Escrituras para ver si Pablo y Silas enseñaban la verdad.


pero no se les ocurría nada, porque el pueblo prestaba mucha atención a cada palabra que él decía.


Pronto la casa donde se hospedaba estaba tan llena de visitas que no había lugar ni siquiera frente a la puerta. Mientras él les predicaba la palabra de Dios,


Los que pierden los estribos con facilidad tendrán que sufrir las consecuencias. Si los proteges de ellas una vez, tendrás que volver a hacerlo.


Así que te mandé a llamar de inmediato, y te agradezco que hayas venido. Ahora, estamos todos aquí, delante de Dios, esperando escuchar el mensaje que el Señor te ha dado.


Todos los creyentes se dedicaban a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión fraternal, a participar juntos en las comidas (entre ellas la Cena del Señor), y a la oración.


Los cobradores de impuestos y otros pecadores de mala fama a menudo venían a escuchar las enseñanzas de Jesús.


Permanecieron de pie en el mismo lugar durante tres horas mientras se les leía en voz alta el libro de la ley del Señor su Dios. Luego confesaron sus pecados y adoraron al Señor su Dios durante tres horas más.


Así que les escribo no porque no conozcan la verdad, sino porque conocen la diferencia entre la verdad y la mentira.


Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y le dieron las gracias al Señor por su mensaje, y todos los que fueron elegidos para la vida eterna se convirtieron en creyentes.


Ya que David mismo llamó al Mesías “mi Señor”, ¿cómo es posible que el Mesías sea su hijo?». La gran multitud se deleitaba al escucharlo.


Esdras leyó del libro de la ley de Dios en cada uno de los siete días del festival. Luego, al octavo día, realizaron una asamblea solemne, tal como lo exigía la ley.


Esta vez cuando la burra vio al ángel, se echó al suelo con Balaam encima. Entonces Balaam, furioso, volvió a golpear al animal con su vara.


Hay más esperanza para un necio que para la persona que habla sin pensar.


Durante aquellos días, cuando aproximadamente ciento veinte creyentes estaban juntos en un mismo lugar, Pedro se puso de pie y se dirigió a ellos:


Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho


Así que no se dejen engañar, mis amados hermanos.


Mis amados hermanos, ¿cómo pueden afirmar que tienen fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo si favorecen más a algunas personas que a otras?


Escúchenme, amados hermanos. ¿No eligió Dios a los pobres de este mundo para que sean ricos en fe? ¿No son ellos los que heredarán el reino que Dios prometió a quienes lo aman?


Y así, la bendición y la maldición salen de la misma boca. Sin duda, hermanos míos, ¡eso no está bien!


Amados hermanos, no hablen mal los unos de los otros. Si se critican y se juzgan entre ustedes, entonces critican y juzgan la ley de Dios. En cambio, les corresponde obedecer la ley, no hacer la función de jueces.


Pero sobre todo, hermanos míos, nunca juren por el cielo ni por la tierra ni por ninguna otra cosa. Simplemente digan «sí» o «no», para que no pequen y sean condenados.


Mis amados hermanos, si alguno de ustedes se aparta de la verdad y otro lo hace volver,


¿Seguiré esperando ahora que se han quedado callados? ¿Permaneceré en silencio yo también?


តាម​ពួក​យើង:

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