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Santiago 1:15 - Biblia Nueva Traducción Viviente

15 De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 la codicia concibe y da a luz el pecado; el pecado crece y, al final, engendra la muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, engendra el pecado, y el pecado, ya desarrollado, da a luz la muerte.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Luego, el deseo, después de concebir, da a luz el pecado; y el pecado, una vez consumado, engendra muerte.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 Entonces la concupiscencia, cuando ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, engendra muerte.

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Santiago 1:15
21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Los malvados conciben el mal; están preñados de dificultades y dan a luz mentiras.


Conciben desgracia y dan a luz maldad; su vientre produce engaño».


excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás».


A nadie le importa ser justo y honrado; las demandas legales de la gente se basan en mentiras. Conciben malas acciones y después dan a luz el pecado.


La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió.


Entonces Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, fue a ver a los principales sacerdotes


Los malvados descenderán a la tumba; este es el destino de las naciones que se olvidan de Dios.


Así que David envió mensajeros para que la trajeran y cuando llegó al palacio, se acostó con ella. Luego ella regresó a su casa. (Betsabé recién había terminado los ritos de purificación posteriores a su período menstrual).


Los justos encuentran la vida; los malvados hallan la muerte.


Ustedes, los asirios, no producen más que hierba seca y rastrojos; su propio aliento se convertirá en fuego y los consumirá.


Pero yo digo que el que mira con pasión sexual a una mujer ya ha cometido adulterio con ella en el corazón.


La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran.


Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer de nuevo por medio de la palabra de verdad que nos dio y, de toda la creación, nosotros llegamos a ser su valiosa posesión.


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