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Santiago 1:11 - Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Cuando el sol calienta mucho y se seca el pasto, la flor pierde su fuerza, cae y desaparece su belleza. De la misma manera, se marchitarán los ricos junto con todos sus logros.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Se levanta el sol y empieza el calor, seca la hierba y marchita la flor, y pierde toda su gracia. Así también el rico verá decaer sus negocios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Porque el sol sale con calor abrasador y seca° la hierba, su flor se cae, y la belleza de su apariencia perece. Así también se marchitará° el rico en todas sus empresas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Pues sale el sol, viene el viento abrasador, seca la hierba, se le cae la flor y se estropea su bello aspecto. Así se marchitará también el rico en sus empresas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Porque apenas se levanta el sol con ardor, y la hierba se seca, y la flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todos sus caminos.

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Santiago 1:11
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pero pronto las plantas se marchitaron bajo el calor del sol y, como no tenían raíces profundas, murieron.


pero pronto las plantas se marchitaron bajo el calor del sol y, como no tenían raíces profundas, murieron.


Así, cuando venga el Gran Pastor, recibirán una corona de gloria y honor eternos.


y tenemos una herencia que no tiene precio, una herencia que está reservada en el cielo para ustedes, pura y sin mancha, que no puede cambiar ni deteriorarse.


Los que usan las cosas del mundo no deberían apegarse a ellas. Pues este mundo, tal como lo conocemos, pronto desaparecerá.


Tengo el corazón angustiado, marchito como la hierba, y perdí el apetito.


No tendrán hambre ni sed, y el sol ardiente ya no los alcanzará. Pues el Señor en su misericordia los guiará; los guiará junto a aguas frescas.


Está asentada a la cabeza de un valle fértil, pero su belleza gloriosa se marchitará como una flor. Cualquiera que la vea la arrancará, como a un higo que brota temprano y pronto se arranca y se come.


¡Qué aflicción le espera a la orgullosa ciudad de Samaria, la corona gloriosa de los borrachos de Israel! Está asentada a la cabeza de un valle fértil, pero su belleza gloriosa se marchitará como una flor. Es el orgullo de un pueblo que el vino derribó.


Todos llegamos al final de nuestra vida tal como estábamos el día que nacimos: desnudos y con las manos vacías. No podemos llevarnos las riquezas al morir.


Mi vida pasa tan rápido como las sombras de la tarde; voy marchitándome como hierba.


Pues como la hierba, pronto se desvanecen; como las flores de primavera, pronto se marchitan.


Somos tan solo sombras que se mueven y todo nuestro ajetreo diario termina en la nada. Amontonamos riquezas sin saber quién las gastará.


Por la mañana se abre y florece, pero al anochecer está seca y marchita.


Nuestros días sobre la tierra son como la hierba; igual que las flores silvestres, florecemos y morimos.


Si Dios cuida de manera tan maravillosa a las flores silvestres que hoy están y mañana se echan al fuego, tengan por seguro que cuidará de ustedes. ¿Por qué tienen tan poca fe?


“Aquellos trabajaron solo una hora, sin embargo, se les ha pagado lo mismo que a nosotros, que trabajamos todo el día bajo el intenso calor”.


Todas pierden el valor y salen temblando de sus fortalezas.


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