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Salmos 90:10 - Biblia Nueva Traducción Viviente

10 ¡Setenta son los años que se nos conceden! Algunos incluso llegan a ochenta. Pero hasta los mejores años se llenan de dolor y de problemas; pronto desaparecen, y volamos.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 El tiempo de nuestros años es de setenta, y de ochenta si somos robustos. La mayoría son de pena y decepción, transcurren muy pronto y nos llevan volando.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Los días de nuestros años son setenta años, Y en los robustos, ochenta años, Pero todo su orgullo no es más que afán y vanidad, Porque pronto pasan… y volamos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Nuestra vida es setenta años, ochenta años la vida de los fuertes: casi todos en afanes y miseria, pues rápido se pasan y nosotros nos volamos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Los días de nuestra edad son setenta años; y en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo; porque pronto es cortado, y volamos.

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Salmos 90:10
17 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma.


Se acordó de que eran simples mortales que desaparecen como una ráfaga de viento que nunca vuelve.


Ahora tengo ochenta años de edad, y ya no puedo disfrutar de nada. La comida y el vino ya no tienen sabor, tampoco puedo oír las voces de los cantantes. Sería nada más una carga para mi señor el rey.


Jacob respondió: —He andado por este mundo ya ciento treinta arduos años; pero mi vida ha sido corta en comparación con la de mis antepasados.


Moisés tenía ciento veinte años cuando murió, pero hasta entonces conservó una buena vista y mantuvo todo su vigor.


El rey David era ya muy anciano y, por más frazadas que le ponían, no podía entrar en calor.


Aunque ahora son importantes, en un momento habrán desaparecido como todos los demás, cortados como las espigas del grano.


»En cambio, cuando los seres humanos mueren, pierden su fuerza; dan su último suspiro, y después, ¿dónde están?


Se me voló la vida como la carpa de un pastor en medio de una tormenta. Fue cortada, como cuando el tejedor corta la tela del telar. De repente, mi vida se había acabado.


»Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”.


Se desvanecerán como un sueño y nadie los encontrará; desaparecerán como una visión nocturna.


Entonces el Señor dijo: «Mi Espíritu no tolerará a los humanos durante mucho tiempo, porque solo son carne mortal. En el futuro, la duración de la vida no pasará de ciento veinte años».


Un hombre de más de sesenta años tendrá el valor de quince siclos de plata; una mujer de esa edad, diez siclos de plata.


Estoy tan fuerte hoy como cuando Moisés me envió a esa travesía y aún puedo andar y pelear tan bien como lo hacía entonces.


¡Tan solo cruzar el río Jordán con el rey es todo el honor que necesito!


pero la gente nace para tener problemas tan cierto como que las chispas vuelan del fuego.


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