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Salmos 9:5 - Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Reprendiste a las naciones y destruiste a los malvados; borraste sus nombres para siempre.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Reprendiste a las naciones, destruiste al malo, Borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Has abatido a las naciones, has hecho perecer a los malvados y has borrado su nombre para siempre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 g Reprendiste a las naciones, Hiciste perecer al malvado, Has borrado su nombre para siempre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 pues tú llevas mi causa y mi litigio, sentado en tu tribunal de justo juez.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Reprendiste a las naciones, destruiste al malo, has borrado el nombre de ellos eternamente y para siempre.

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Salmos 9:5
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Tenemos buenos recuerdos de los justos, pero el nombre del perverso se pudre.


De su boca salía una espada afilada para derribar a las naciones. Él las gobernará con vara de hierro y desatará el furor de la ira de Dios, el Todopoderoso, como el jugo que corre del lagar.


El día en que yo actúe, ustedes pisotearán a los perversos como si fueran polvo debajo de sus pies», dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.


Quítate del medio, para que lo destruya y borre su nombre de la faz de la tierra. Luego haré una nación poderosa con tus descendientes, una nación más fuerte y numerosa que esta gente”.


La vida del justo está llena de luz y de alegría, pero la luz del pecador se apagará.


para tomar venganza contra las naciones y castigar a los pueblos,


¿Por qué se les permite a las naciones paganas burlarse y preguntar: «Dónde está su Dios»? Muéstranos tu venganza contra las naciones, porque han derramado la sangre de tus siervos.


A su paso expulsó a las naciones de esa tierra, la cual repartió por sorteo a su pueblo como herencia y estableció a las tribus de Israel en sus hogares.


Cuando Ahitofel se dio cuenta de que no se había seguido su consejo, ensilló su burro y se fue a su pueblo natal, donde puso sus asuntos en orden y se ahorcó. Murió allí y lo enterraron en la tumba de la familia.


Destruirás a los que dicen mentiras; el Señor detesta a los asesinos y a los engañadores.


¿Por qué están tan enojadas las naciones? ¿Por qué pierden el tiempo en planes inútiles?


Con gemidos, Saúl le dijo a su escudero: «Toma tu espada y mátame antes de que estos filisteos paganos lleguen para atravesarme, burlarse de mí y torturarme». Pero su escudero tenía miedo y no quiso hacerlo. Entonces Saúl tomó su propia espada y se echó sobre ella.


David le respondió a Abigail: —¡Alabado sea el Señor, Dios de Israel, quien hoy te ha enviado a mi encuentro!


Cuando David oyó que Nabal había muerto, dijo: «Alabado sea el Señor, que vengó el insulto que recibí de Nabal y me impidió que tomara venganza por mí mismo. Nabal recibió el castigo por su pecado». Después David envió mensajeros a Abigail pidiéndole que fuera su esposa.


Si una persona no se arrepiente, Dios afilará su espada, tensará su arco y le pondrá la cuerda.


Estableceré mi trono en Elam —dice el Señor—, y destruiré a su rey y a sus oficiales.


Señor, has venido a defenderme; has redimido mi vida.


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