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Salmos 88:8 - Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Alejaste a mis amigos al hacerme repulsivo para ellos. Estoy atrapado y no hay forma de escapar.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Has alejado de mí mis conocidos; Me has puesto por abominación a ellos; Encerrado estoy, y no puedo salir.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Alejaste de mí a mis conocidos, hiciste que me miraran con horror. Estoy encerrado y no puedo salir,

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Has alejado a mis conocidos de mí, Me has hecho repugnante para ellos, Estoy encerrado, y no puedo salir.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 sobre mí pesa tu enojo y con toda aflicción me has humillado. Selah

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Has alejado de mí mis conocidos; me has puesto por abominación a ellos: Encerrado estoy, y no puedo salir.

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Salmos 88:8
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Todos mis enemigos me desprecian y mis vecinos me rechazan; ¡ni mis amigos se atreven a acercarse a mí! Cuando me ven por la calle, salen corriendo para el otro lado.


En un solo mes me deshice de los tres pastores malvados. Sin embargo, perdí la paciencia con estas ovejas y ellas también me odiaron.


Para entonces, Jerusalén estaba sitiada por el ejército babilónico y Jeremías estaba preso en el patio de la guardia del palacio real.


El Señor, el Redentor y Santo de Israel, le dice al que es despreciado y rechazado por las naciones, al que es el siervo de los gobernantes: «Los reyes se pondrán en posición de firmes cuando tú pases. Los príncipes se inclinarán hasta el suelo por causa del Señor, el fiel, el Santo de Israel, que te ha escogido».


Mientras tanto, los principales sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes públicamente de que cualquiera que viera a Jesús avisara enseguida, para que ellos pudieran arrestarlo.


«Estuve pisando el lagar yo solo; no había nadie allí para ayudarme. En mi enojo, he pisado a mis enemigos como si fueran uvas. En mi furia he pisado a mis adversarios; su sangre me ha manchado la ropa.


Estoy perdiendo toda esperanza; quedo paralizado de miedo.


Busco a alguien que venga a ayudarme, ¡pero a nadie se le ocurre hacerlo! Nadie me ayudará; a nadie le importa un bledo lo que me pasa.


Me has quitado a mis compañeros y a mis seres queridos; la oscuridad es mi mejor amiga.


Me desprecian y no se me acercan, excepto para escupirme en la cara.


Dios ha cerrado mi camino para que no pueda moverme; hundió mi senda en oscuridad.


Lo que él destruye no se puede volver a construir. Cuando él mete a alguien en la cárcel, no hay escapatoria.


Pero cada día el Señor derrama su amor inagotable sobre mí, y todas las noches entono sus cánticos y oro a Dios, quien me da vida.


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