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Salmos 80:6 - Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Nos convertiste en el desprecio de las naciones vecinas. Nuestros enemigos nos tratan como si fuéramos una broma.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Nos pusiste por escarnio a nuestros vecinos, Y nuestros enemigos se burlan entre sí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Somos la presa que se arrebatan nuestros vecinos, y nuestros enemigos se burlan de nosotros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Nos pusiste por escarnio de nuestros vecinos, Y nuestros enemigos se ríen entre sí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Tú nos das a comer un pan de llanto y a beber mares de lágrimas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Nos pusiste por contienda a nuestros vecinos; y nuestros enemigos se burlan entre sí.

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Salmos 80:6
11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Nuestros vecinos se mofan de nosotros; somos objeto de desprecio y desdén de quienes nos rodean.


Los que pertenecen a este mundo se alegrarán y se harán regalos unos a otros para celebrar la muerte de los dos profetas que los habían atormentado.


Por lo tanto, montes de Israel, oigan la palabra del Señor Soberano. Él habla a las colinas y a los montes; a los barrancos y a los valles; a las asoladas tierras baldías y a las ciudades abandonadas de hace tiempo, que fueron destruidas y burladas por naciones vecinas.


¿No ridiculizaste tú a los israelitas? ¿Fueron ellos acaso sorprendidos en compañía de ladrones para que tú los desprecies como lo haces?


Luego dije: —¡Qué aflicción tengo, madre mía! ¡Oh, si hubiera muerto al nacer! En todas partes me odian. No soy un acreedor que pretende cobrar ni un deudor que se niega a pagar; aun así todos me maldicen.


»”¿A quién has estado desafiando y ridiculizando? ¿Contra quién levantaste la voz? ¿A quién miraste con ojos tan arrogantes? ¡Fue al Santo de Israel!


»¡Se me ocurre una idea! Llega a un acuerdo con mi amo, el rey de Asiria. Yo te daré dos mil caballos, ¡si es que puedes encontrar esa cantidad de hombres para que los monten!


Los presentes, ya medio borrachos, exigieron: «¡Traigan a Sansón para que nos divierta!». Así que lo sacaron de la prisión para que los entretuviera, y lo pusieron de pie entre las columnas que sostenían la azotea.


Se me destroza el corazón al recordar cómo solían ser las cosas: yo caminaba entre la multitud de adoradores, encabezaba una gran procesión hacia la casa de Dios, cantando de alegría y dando gracias en medio del sonido de una gran celebración.


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