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Salmos 79:1 - Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Oh Dios, naciones paganas conquistaron tu tierra, tu posesión más preciada. Profanaron tu santo templo y convirtieron a Jerusalén en un montón de ruinas.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad; Han profanado tu santo templo; Redujeron a Jerusalén a escombros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Oh Dios, los paganos han entrado en tu heredad, han profanado tu santuario, y a Jerusalén la han dejado en ruinas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Salmo de Asaf. ¡Oh ’Elohim, los gentiles han invadido tu heredad, Han profanado tu Santuario y reducido Jerusalem a escombros!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Salmo. De Asaf. Los gentiles han entrado, Señor, en tu heredad, profanado lo más sagrado de tu templo y convertido a Jerusalén en un montón de ruinas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Salmo de Asaf Oh Dios, los gentiles han entrado a tu heredad; han profanado tu santo templo; han dejado a Jerusalén en ruinas.

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Salmos 79:1
25 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por causa de ustedes, el monte Sion quedará arado como un campo abierto; ¡Jerusalén será reducida a escombros! Un matorral crecerá en las cumbres, donde ahora se encuentra el templo.


Luego su ejército quemó el templo de Dios, derribó las murallas de Jerusalén, incendió todos los palacios y destruyó por completo todo lo que había de valor.


El enemigo la saqueó por completo y se llevó todo lo valioso que poseía. Vio a los extranjeros profanar su templo sagrado, el lugar al que el Señor les había prohibido entrar.


Dijeron: «Recuerden cuando Miqueas de Moreset profetizaba durante el reinado de Ezequías de Judá. Él le dijo al pueblo de Judá: “Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: ‘El monte Sion quedará arado como un campo abierto; ¡Jerusalén será reducida a escombros! Un matorral crecerá en las cumbres, donde ahora se encuentra el templo’”.


Quemó por completo el templo del Señor, el palacio real y todas las casas de Jerusalén. Destruyó todos los edificios importantes de la ciudad.


Tomó a David de donde cuidaba a las ovejas y a los corderos y lo convirtió en pastor de los descendientes de Jacob: de Israel, el pueblo de Dios.


Entonces el Señor mandó al rey de Babilonia contra ellos. Los babilonios mataron a los hombres jóvenes de Judá, y los persiguieron incluso dentro del templo. No tuvieron compasión de la gente, y mataron tanto a los jóvenes como a las muchachas, a los ancianos y a los débiles. Dios los entregó a todos en manos de Nabucodonosor.


Como el Señor ya había dicho, Nabucodonosor se llevó todos los tesoros del templo del Señor y del palacio real. Sacó todos los objetos de oro que el rey Salomón había puesto en el templo.


Tú lo traerás y lo plantarás en tu propio monte, el lugar, oh Señor, reservado para tu morada, el santuario, oh Señor, que tus manos establecieron.


pero no midas el atrio exterior porque ha sido entregado a las naciones, las cuales pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.


Los matarán a espada o serán enviados cautivos a todas las naciones del mundo. Y Jerusalén será pisoteada por los gentiles hasta que el tiempo de los gentiles llegue a su fin.


«¡Contaminen el templo! —mandó el Señor—. Llenen los atrios con cadáveres. ¡Vayan!». Entonces ellos salieron y comenzaron la masacre por toda la ciudad.


Mientras tanto, los babilonios quemaron Jerusalén, incluidos el palacio real y las casas del pueblo, y derribaron las murallas de la ciudad.


Pues yo estaba enojado con mi pueblo escogido y lo castigué al dejar que cayera en tus manos. Sin embargo, tú, Babilonia, no les tuviste compasión. Hasta oprimiste a los ancianos.


El Señor, el Poderoso, es Dios y habló; convocó a toda la humanidad desde donde sale el sol hasta donde se pone.


Por poco tiempo tu pueblo santo poseyó tu lugar santo, y ahora nuestros enemigos lo han destruido.


«Estamos avergonzados —dicen los del pueblo—. Estamos ofendidos y en desgracia porque extranjeros profanaron el templo del Señor».


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