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Salmos 77:2 - Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Cuando estaba en graves dificultades, busqué al Señor. Toda la noche oré con las manos levantadas hacia el cielo, pero mi alma no encontró consuelo.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Busqué al Señor en el momento de la prueba, de noche sin descanso hacia él tendí mi mano y mi alma se negó a ser consolada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 En el día de mi angustia busqué a Adonay; A Él alzaba mis manos de noche sin descanso, Mi alma rehusaba consuelo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Mi voz hacia el Señor, yo me lamento, mi voz hacia el Señor, y él me escucha.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Al Señor busqué en el día de mi angustia: Mi mal corría de noche y no cesaba: Mi alma rehusó ser consolada.

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Salmos 77:2
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Luego llámame cuando tengas problemas, y yo te rescataré, y tú me darás la gloria».


Toda su familia intentó consolarlo, pero él no quiso ser consolado. A menudo decía: «Me iré a la tumba llorando a mi hijo», y entonces sollozaba.


Te busco por la noche; en la mañana te busco de todo corazón. Pues solo cuando tú vengas a juzgar la tierra, la gente aprenderá lo correcto.


Señor, en nuestra angustia te hemos buscado; bajo la carga de tu disciplina hemos orado.


Mientras estuvo aquí en la tierra, Jesús ofreció oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía rescatarlo de la muerte. Y Dios oyó sus oraciones por la gran reverencia que Jesús le tenía.


»Cuando Israel y Judá vieron lo enfermos que estaban, Israel acudió a Asiria y a su gran rey, pero este no pudo ayudarlos ni curarlos.


Esto dice el Señor: «En Ramá se oye una voz: profunda angustia y llanto amargo. Raquel llora por sus hijos; se niega a que la consuelen, porque sus hijos se han ido».


Cuando la gente que estaba en la casa consolando a María la vio salir con tanta prisa, creyeron que iba a la tumba de Lázaro a llorar. Así que la siguieron.


«Vengan, volvámonos al Señor. Él nos despedazó, pero ahora nos sanará. Nos hirió, pero ahora vendará nuestras heridas.


El espíritu humano puede soportar un cuerpo enfermo, ¿pero quién podrá sobrellevar un espíritu destrozado?


A ti clamaré cada vez que esté en apuros, y tú me responderás.


Recostado, me quedo despierto pensando y meditando en ti durante la noche.


Pero en mi angustia, clamé al Señor; sí, oré a mi Dios para pedirle ayuda. Él me oyó desde su santuario; mi clamor llegó a sus oídos.


»¡Si tan solo prepararas tu corazón y levantaras tus manos a él en oración!


»Si hay hambre en la tierra, o pestes, o plagas en los cultivos, o ataques de langostas u orugas, o si los enemigos de tu pueblo invaden el territorio y sitian las ciudades —cualquiera sea el desastre o la enfermedad que ocurra—;


—Tu nombre ya no será Jacob —le dijo el hombre—. De ahora en adelante, serás llamado Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.


Mañana, tarde y noche clamo en medio de mi angustia, y el Señor oye mi voz.


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