Salmos 71:11 - Biblia Nueva Traducción Viviente

¹¹ Dicen: «Dios lo ha abandonado. Vayamos y agarrémoslo, porque ahora nadie lo ayudará».

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Biblia Reina Valera 1960

¹¹ Diciendo: Dios lo ha desamparado; Perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹¹ Dicen: 'Dios lo ha abandonado; persíganlo y agárrenlo, nadie lo ayudará'.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹¹ Diciendo: ’Elohim lo ha desamparado, ¡Perseguidlo y prendedlo, pues no hay quien lo libre!

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹¹ 'Dios le tiene abandonado: acosadle y prendedle: no hay nadie que le salve'.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹¹ Diciendo: Dios lo ha dejado: Perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre.

Salmos 71:11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Salmos 7:2

Si no lo haces, me atacarán como leones, me despedazarán y no habrá quien que me rescate.

Mateo 27:46

A eso de las tres de la tarde, Jesús clamó en voz fuerte: «Eli, Eli, ¿lema sabactani?», que significa «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».

Salmos 3:2

Son tantos los que dicen: «¡Dios no lo rescatará!». Interludio

Mateo 27:49

Pero los demás dijeron: «¡Espera! A ver si Elías viene a salvarlo».

Daniel 3:15

Les daré una oportunidad más para inclinarse y rendir culto a la estatua que he hecho cuando oigan el sonido de los instrumentos musicales. Sin embargo, si se niegan, serán inmediatamente arrojados al horno ardiente y entonces, ¿qué dios podrá rescatarlos de mi poder?

Salmos 50:22

Arrepiéntanse todos los que se olvidan de mí, o los despedazaré y nadie los ayudará.

Salmos 42:10

Sus insultos me parten los huesos. Se burlan diciendo: «¿Dónde está ese Dios tuyo?».

Salmos 37:28

Pues el Señor ama la justicia y nunca abandonará a los justos. Los mantendrá a salvo para siempre, pero los hijos de los perversos morirán.

Salmos 37:25

Una vez fui joven, ahora soy anciano, sin embargo, nunca he visto abandonado al justo ni a sus hijos mendigando pan.

1 Samuel 23:7

Pronto Saúl se enteró de que David estaba en Keila. «¡Excelente! —exclamó—. ¡Ya lo tenemos! Dios me lo entregó en mis manos, porque se ha quedado atrapado en una ciudad amurallada».