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Salmos 69:33 - Biblia Nueva Traducción Viviente

33 Pues el Señor oye el clamor de los necesitados; no desprecia a su pueblo encarcelado.

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Biblia Reina Valera 1960

33 Porque Jehová oye a los menesterosos, Y no menosprecia a sus prisioneros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Pues el Señor escucha a los pobres, no desdeña a los suyos prisioneros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Porque YHVH oye a los menesterosos, Y no menosprecia a sus prisioneros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Los humildes, al verlo, gozarán: los que buscáis a Dios, arriba los corazones,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

33 Porque Jehová oye al pobre, y no menosprecia a sus prisioneros.

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Salmos 69:33
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Dios ubica a los solitarios en familias; pone en libertad a los prisioneros y los llena de alegría. Pero a los rebeldes los hace vivir en una tierra abrasada por el sol.


Hace justicia al oprimido y da alimento al que tiene hambre. El Señor libera a los prisioneros.


El Señor responde: «He visto violencia contra los indefensos y he oído el gemir de los pobres. Ahora me levantaré para rescatarlos como ellos anhelaron que hiciera».


No tengas miedo de lo que estás a punto de sufrir. El diablo meterá a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba, y sufrirán por diez días; pero si permaneces fiel, incluso cuando te enfrentes a la muerte, te daré la corona de la vida.


Cuando pienso en todo esto, yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por el bien de ustedes, los gentiles...


«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad,


para escuchar los gemidos de los prisioneros, para poner en libertad a los condenados a muerte.


Escuchará las oraciones de los desposeídos; no rechazará sus ruegos.


En mi desesperación oré, y el Señor me escuchó; me salvó de todas mis dificultades.


Señor, tú conoces las esperanzas de los indefensos; ciertamente escucharás sus clamores y los consolarás.


Con mis manos hice tanto el cielo como la tierra; son míos, con todo lo que hay en ellos. ¡Yo, el Señor, he hablado! »Bendeciré a los que tienen un corazón humilde y arrepentido, a los que tiemblan ante mi palabra.


Algunos estaban en oscuridad y en una profunda penumbra, presos del sufrimiento con cadenas de hierro.


Toda la tierra reconocerá al Señor y regresará a él; todas las familias de las naciones se inclinarán ante él.


Vengan, hablemos de las grandezas del Señor; exaltemos juntos su nombre.


Ahora bien, esto es lo que el Señor dice a la familia de Israel: «¡Vuelvan a buscarme y vivan!


¡Vuelvan a buscar al Señor y vivan! De lo contrario, él pasará por Israel como un fuego y los devorará completamente. Sus dioses en Betel no serán capaces de apagar las llamas.


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