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Salmos 65:5 - Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Fielmente respondes a nuestras oraciones con imponentes obras, oh Dios nuestro salvador. Eres la esperanza de todos los que habitan la tierra, incluso de los que navegan en mares distantes.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia, Oh Dios de nuestra salvación, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines del mar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Tú nos responderás, como es debido, con maravillas, Dios Salvador nuestro, esperanza de las tierras lejanas y de las islas de ultramar,

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 ¡Nos responderás con terribles proezas de justicia, Oh Dios de nuestra salvación! ¡Esperanza de todos los confines de la tierra, Y de las más lejanas islas del mar!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Dichoso el que tú eliges, y que atraes a morar en tus atrios: nos saciaremos de los bienes de tu casa y de las ofrendas santas de tu templo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Con tremendas cosas, en justicia, nos responderás tú, oh Dios de nuestra salvación, esperanza de todos los términos de la tierra, y de los más remotos confines del mar.

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Salmos 65:5
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Solamente él es tu Dios, el único digno de tu alabanza, el que ha hecho los milagros poderosos que viste con tus propios ojos.


Díganle a Dios: «¡Qué imponentes son tus obras! Tus enemigos se arrastran ante tu gran poder.


¡Que todo el mundo me busque para la salvación!, porque yo soy Dios; no hay otro.


Cabalga con majestad hacia la victoria y defiende la verdad, la humildad y la justicia. ¡Avanza para realizar obras imponentes!


Toda la tierra reconocerá al Señor y regresará a él; todas las familias de las naciones se inclinarán ante él.


Pero eres terco y te niegas a arrepentirte y abandonar tu pecado, por eso vas acumulando un castigo terrible para ti mismo. Pues se acerca el día de la ira, en el cual se manifestará el justo juicio de Dios.


Realizaré una señal entre ellos y enviaré a los sobrevivientes a que lleven mi mensaje a las naciones: a Tarsis, a los libios y a los lidios (que son famosos arqueros), a Tubal y a Grecia y a todas las tierras más allá del mar que no han oído de mi fama ni han visto mi gloria. Allí declararán mi gloria ante las naciones.


Mi misericordia y mi justicia ya se acercan; mi salvación viene en camino. Mi brazo fuerte hará justicia a las naciones. Las tierras lejanas me buscarán y con esperanza aguardarán mi brazo poderoso.


Y oí que el ángel que tenía autoridad sobre todas las aguas decía: «Oh Santo, el que es y que siempre era, tú eres justo, porque has enviado estos juicios.


Quitaré los carros de guerra de Israel y los caballos de guerra de Jerusalén. Destruiré todas las armas usadas en la batalla, y tu rey traerá paz a las naciones. Su reino se extenderá de mar a mar y desde el río Éufrates hasta los confines de la tierra.


El Señor los llenará de terror cuando destruya a todos los dioses de la tierra. Entonces naciones en todo el mundo adorarán al Señor, cada una en su propio país.


Resplandecerán tus ojos, y tu corazón se estremecerá de alegría porque los mercaderes del mundo entero vendrán a ti. Te traerán las riquezas de muchos países.


Esa noche el ángel del Señor fue al campamento asirio y mató a 185.000 soldados. Cuando los asirios que sobrevivieron se despertaron a la mañana siguiente, encontraron cadáveres por todas partes.


El Señor es justo en todo lo que hace; está lleno de bondad.


Ahora, restáuranos, oh Dios de nuestra salvación; aparta tu enojo de nosotros una vez más.


¿Existe algún otro dios que se haya atrevido a sacar a una nación de otra nación y hacerla suya con mano fuerte y brazo poderoso por medio de pruebas, señales asombrosas, milagros, guerras, y hechos aterradores? Eso fue precisamente lo que el Señor tu Dios hizo por ti en Egipto, frente a tus propios ojos.


Algunos se hicieron a la mar en barcos y surcaron las rutas comerciales del mundo.


Pues tú eres la fuente de vida, la luz con la que vemos.


¡Qué alegría para los que reciben su fuerza del Señor, los que se proponen caminar hasta Jerusalén!


»Pero cuando esto suceda, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, te honraré, Zorobabel, hijo de Salatiel, mi siervo. Te haré como el anillo con mi sello oficial, dice el Señor, porque te he escogido. ¡Yo, el Señor de los Ejércitos Celestiales, he hablado!».


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