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Salmos 62:12 - Biblia Nueva Traducción Viviente

12 el amor inagotable, oh Señor, es tuyo. Ciertamente tú pagas a todos de acuerdo a lo que hayan hecho.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Y tuya, oh Señor, es la misericordia; Porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 y tuya es, oh Señor, también la gracia. Que eres tú quien retribuye a cada cual según sus obras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 En ti, Adonay, hay misericordia, Porque Tú pagas a cada uno conforme a su obra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Una cosa ha dicho Dios, estas dos yo he escuchado: que de Dios es el poder

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Y de ti, oh Señor, es la misericordia; porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.

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Salmos 62:12
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pues el Hijo del Hombre vendrá con sus ángeles en la gloria de su Padre y juzgará a cada persona de acuerdo con sus acciones.


El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y está lleno de amor inagotable.


Él paga a las personas según lo que hayan hecho; las trata como se merecen.


Él juzgará a cada uno según lo que haya hecho.


Pero tú, oh Señor, eres Dios de compasión y misericordia, lento para enojarte y lleno de amor inagotable y fidelidad.


Pues todos tendremos que estar delante de Cristo para ser juzgados. Cada uno de nosotros recibirá lo que merezca por lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo terrenal.


El que planta y el que riega trabajan en conjunto con el mismo propósito. Y cada uno será recompensado por su propio arduo trabajo.


¿Dónde hay otro Dios como tú, que perdona la culpa del remanente y pasa por alto los pecados de su preciado pueblo? No seguirás enojado con tu pueblo para siempre, porque tú te deleitas en mostrar tu amor inagotable.


Pero el Señor, nuestro Dios, es misericordioso y perdonador, a pesar de habernos rebelado contra él.


»Por lo tanto, pueblo de Israel, juzgaré a cada uno de ustedes, según sus acciones, dice el Señor Soberano. Arrepiéntete y apártate de tus pecados. ¡No permitas que tus pecados te destruyan!


No te excuses diciendo: «Ay, no lo sabíamos». Pues Dios conoce cada corazón y él te ve. El que cuida tu alma sabe bien que tú sabías. Él pagará a cada uno según merecen sus acciones.


«Miren, yo vengo pronto, y traigo la recompensa conmigo para pagarle a cada uno según lo que haya hecho.


Recuerden que el Padre celestial, a quien ustedes oran, no tiene favoritos. Él los juzgará o los recompensará según lo que hagan. Así que tienen que vivir con un reverente temor de él durante su estadía aquí como «residentes temporales».


pero si hacen lo que está mal, recibirán el pago por el mal que hayan hecho, porque Dios no tiene favoritos.


Recuerden que el Señor recompensará a cada uno de nosotros por el bien que hagamos, seamos esclavos o libres.


»Oh Dios mío, inclínate y escúchame. Abre tus ojos y mira nuestra desesperación. Mira cómo tu ciudad —la ciudad que lleva tu nombre— está en ruinas. Esto rogamos, no porque merezcamos tu ayuda, sino debido a tu misericordia.


Oh pueblo de Israel, ustedes dicen: ‘El Señor no hace lo correcto’; pero yo juzgo a cada uno de ustedes según sus acciones”».


El rey y el príncipe quedarán indefensos, sollozando de desesperación, y las manos de la gente temblarán de miedo. Los haré pasar por la misma maldad que ellos causaron a otros, y recibirán el castigo que tanto merecen. ¡Entonces sabrán que yo soy el Señor!».


Tú posees toda la sabiduría y haces grandes y maravillosos milagros. Ves la conducta de todas las personas y les das lo que se merecen.


Pero el amor del Señor permanece para siempre con los que le temen. ¡Su salvación se extiende a los hijos de los hijos


¡Oh Señor, eres tan bueno; estás tan dispuesto a perdonar, tan lleno de amor inagotable para los que piden tu ayuda!


La riqueza y el honor solo vienen de ti, porque tú gobiernas todo. El poder y la fuerza están en tus manos, y según tu criterio la gente llega a ser poderosa y recibe fuerzas.


Si es cuestión de fuerza, él es el fuerte, y si de justicia, ¿quién se atreverá a llevarlo al tribunal?


Pues Dios habla una y otra vez, aunque la gente no lo reconozca.


No nos podemos imaginar la potencia del Todopoderoso; pero aunque él es justo y recto, no nos destruye.


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