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Salmos 60:10 - Biblia Nueva Traducción Viviente

10 ¿Nos has rechazado, oh Dios? ¿Ya no marcharás junto a nuestros ejércitos?

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Biblia Reina Valera 1960

10 ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado, Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 ¿Quién sino tú, oh Dios, que nos rechazaste y que no sales más con nuestras tropas?

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 ¿No serás Tú, oh ’Elohim, que nos habías rechazado? Oh ’Elohim ¿no saldrás más con nuestros ejércitos?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Moab es el estanque en que me baño, sobre Edom arrojo mi sandalia y clamo victoria sobre Filistea'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Ciertamente, tú, oh Dios, que nos habías desechado; y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos.

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Salmos 60:10
17 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿Nos has rechazado, oh Dios? ¿Ya no marcharás junto a nuestros ejércitos?


Por esa razón, los israelitas huyen derrotados de sus enemigos. Ahora Israel mismo será apartado para destrucción. No seguiré más con ustedes a menos que destruyan esas cosas que guardaron y que estaban destinadas para ser destruidas.


Nos has rechazado, oh Dios, y quebraste nuestras defensas. Te enojaste con nosotros; ahora, restáuranos al gozo de tu favor.


¡Pues el Señor su Dios va con ustedes! ¡Él peleará por ustedes contra sus enemigos y les dará la victoria!”.


»Pero el Señor me encargó que les dijera: “No ataquen, porque yo no estoy con ustedes. Si insisten en ir solos, serán aplastados por sus enemigos”.


Yo esperaré al Señor, que se ha apartado de los descendientes de Jacob; pondré mi esperanza en él.


Algunas naciones se jactan de sus caballos y sus carros de guerra, pero nosotros nos jactamos en el nombre del Señor nuestro Dios.


Josué venció a todos esos reyes y conquistó sus territorios en una sola campaña, porque el Señor, Dios de Israel, peleaba por su pueblo.


David también conquistó la tierra de Moab. Hizo que la gente se acostara en el suelo en una fila y con una soga los midió y los separó por grupos. Ejecutó dos grupos por cada grupo que dejó con vida. Los moabitas a quienes se les perdonó la vida, se convirtieron en súbditos de David y tuvieron que pagarle tributo.


Luego puso varias guarniciones militares en Damasco, la capital aramea, y los arameos se convirtieron en súbditos de David y le pagaban tributo. Así que el Señor le daba la victoria a David dondequiera que iba.


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