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Salmos 58:4 - Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Escupen veneno como serpientes mortíferas; son como cobras que se niegan a escuchar,

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Biblia Reina Valera 1960

4 Veneno tienen como veneno de serpiente; Son como el áspid sordo que cierra su oído,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Su veneno es veneno de serpiente, son sordos como el áspid que se tapa el oído

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Llevan veneno como veneno de serpiente, De víbora sorda que cierra el oído,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Los impíos van desviados desde el vientre de su madre, desde el seno materno yerran los contadores de mentira.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Su veneno es semejante al veneno de serpiente; son como el áspid sordo que cierra su oído;

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Salmos 58:4
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Su lengua pica como una serpiente; veneno de víbora gotea de sus labios. Interludio


pero nadie puede domar la lengua. Es maligna e incansable, llena de veneno mortal.


Si una serpiente te muerde antes de que la encantes, ¿de qué te sirve ser encantador de serpientes?


«Lo que hablan es repugnante, como el mal olor de una tumba abierta. Su lengua está llena de mentiras». «Veneno de serpientes gotea de sus labios».


¡Serpientes! ¡Hijos de víboras! ¿Cómo escaparán del juicio del infierno?


Cuando Juan vio que muchos fariseos y saduceos venían a mirarlo bautizar, los enfrentó. «¡Camada de víboras! —exclamó—. ¿Quién les advirtió que huyeran de la ira que se acerca?


Enviaré estas tropas enemigas entre ustedes como serpientes venenosas a las que no pueden encantar. Los morderán y ustedes morirán. ¡Yo, el Señor, he hablado!».


El bebé jugará seguro cerca de la guarida de la cobra; así es, un niño pequeño meterá la mano en un nido de víboras mortales y no le pasará nada.


Chuparán el veneno de cobras y la víbora los matará.


pero de repente, la comida en su estómago se vuelve ácida, un veneno en su vientre.


Su vino es veneno de serpientes, veneno mortal de cobras.


—Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto —contestó la mujer—.


Al Señor le agradó el aroma del sacrificio y se dijo a sí mismo: «Nunca más volveré a maldecir la tierra por causa de los seres humanos, aun cuando todo lo que ellos piensen o imaginen se incline al mal desde su niñez. Nunca más volveré a destruir a todos los seres vivos.


Purifícame de mis pecados, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.


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