Salmos 55:23 - Biblia Nueva Traducción Viviente

²³ Pero tú, oh Dios, mandarás a los perversos a la fosa de destrucción; los asesinos y los mentirosos morirán jóvenes, pero yo confío en que tú me salves.

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Biblia Reina Valera 1960

²³ Mas tú, oh Dios, harás descender aquellos al pozo de perdición. Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días; Pero yo en ti confiaré.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²³ Tú, oh Dios, los echarás al pozo de la muerte; los hombres sanguinarios y embusteros, no llegarán a la mitad de su vida; pero yo confío en ti.

La Biblia Textual 3a Edicion

²³ Oh ’Elohim, Tú los harás bajar a la fosa profunda; Los sanguinarios y los traidores no llegarán a la mitad de sus días, Pero yo he confiado en ti.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²³ Abandona tu suerte en el Señor y él te sustentará: él no deja jamás al justo perecer.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²³ Mas tú, oh Dios, harás descender aquéllos al pozo de la destrucción; los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días; pero yo en ti confiaré.

Salmos 55:23 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Proverbios 10:27

El temor del Señor prolonga la vida, pero los años de los perversos serán truncados.

Salmos 5:6

Destruirás a los que dicen mentiras; el Señor detesta a los asesinos y a los engañadores.

Job 15:32

Serán cortados en la flor de la vida; sus ramas no reverdecerán jamás.

Isaías 38:17

Sí, esta angustia ha sido buena para mí, porque me has rescatado de la muerte y has perdonado todos mis pecados.

Eclesiastés 7:17

Por otra parte, tampoco seas demasiado malo. ¡No seas necio! ¿Para qué morir antes de tiempo?

Salmos 73:18

En verdad, los pones en un camino resbaladizo y haces que se deslicen por el precipicio hacia su ruina.

Proverbios 27:20

Así como la Muerte y la Destrucción nunca se sacian, el deseo del hombre nunca queda satisfecho.

Proverbios 15:11

Ni la Muerte ni la Destrucción ocultan secretos al Señor, ¡mucho menos el corazón humano!

Salmos 58:9

Dios los barrerá a todos, tanto a jóvenes como a ancianos, más rápido de lo que se calienta una olla sobre espinos ardientes.

Salmos 25:2

¡Confío en ti, mi Dios! No permitas que me avergüencen, ni dejes que mis enemigos se regodeen en mi derrota.

2 Samuel 3:27

Cuando Abner llegó de nuevo a Hebrón, Joab lo llevó aparte, a las puertas de la ciudad, como si fuera a hablar en privado con él. Pero lo apuñaló en el estómago y lo mató en venganza por la muerte de su hermano Asael.

Salmos 66:9

Nuestra vida está en sus manos, y él cuida que nuestros pies no tropiecen.

Salmos 112:6

A estas personas no las vencerá el mal; a los rectos se los recordará por mucho tiempo.

Salmos 121:3

Él no permitirá que tropieces; el que te cuida no se dormirá.