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Salmos 50:1 - Biblia Nueva Traducción Viviente

1 El Señor, el Poderoso, es Dios y habló; convocó a toda la humanidad desde donde sale el sol hasta donde se pone.

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Biblia Reina Valera 1960

1 El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado la tierra, Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Yavé, el Dios de los dioses, ha hablado: desde donde sale el sol hasta el ocaso, ha convocado él a la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Salmo de Asaf. ’El, ’Elohim, YHVH: Ha hablado y convocado a la tierra desde el levante hasta el poniente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Salmo. De Asaf. El Señor, Dios de los dioses, habla y convoca la tierra, desde el oriente hasta el ocaso.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Salmo de Asaf El Dios poderoso, Jehová ha hablado, y ha convocado a la tierra, desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.

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Salmos 50:1
35 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

En todas partes —del oriente al occidente—, alaben el nombre del Señor.


Todas las naciones se reunirán en su presencia, y él separará a la gente como un pastor separa a las ovejas de las cabras.


—¡El Señor, el Poderoso, es Dios! ¡El Señor, el Poderoso, es Dios! Él conoce la verdad, ¡y que Israel también la sepa! Nosotros no construimos el altar por traición o en rebeldía contra el Señor. Si fuera así, no nos perdonen la vida ni un día más.


El león ha rugido, así que, ¿quién no tiene miedo? El Señor Soberano ha hablado, así que, ¿quién puede negarse a proclamar su mensaje?


¡Escuchen, oh cielos! ¡Presta atención, oh tierra! Esto dice el Señor: «Los hijos que crie y cuidé se han rebelado contra mí.


»Solo tú eres el Señor. Tú hiciste el firmamento, los cielos y todas las estrellas; hiciste la tierra, los mares y todo lo que hay en ellos. Tú los preservas a todos, y los ángeles del cielo te adoran.


Sin embargo, mi nombre es honrado desde la mañana hasta la noche por gente de otras naciones. En todo el mundo ofrecen incienso dulce y ofrendas puras en honor de mi nombre. Pues mi nombre es grande entre las naciones», dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.


¡Señor, no hay nadie como tú! Pues eres grande y tu nombre está lleno de poder.


Pues tu Creador será tu marido; ¡el Señor de los Ejércitos Celestiales es su nombre! Él es tu Redentor, el Santo de Israel, el Dios de toda la tierra.


Ahora, oh Señor nuestro Dios, rescátanos de su poder; así todos los reinos de la tierra sabrán que solo tú, oh Señor, eres Dios».


Pues nos ha nacido un niño, un hijo se nos ha dado; el gobierno descansará sobre sus hombros, y será llamado: Consejero Maravilloso, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.


¡Oh Dios, no guardes silencio! No cierres tus oídos; no te quedes callado, oh Dios.


En verdad Dios es bueno con Israel, con los de corazón puro.


»Ahora, Dios nuestro —Dios grande, poderoso y temible que cumple su pacto de amor inagotable—, no permitas que todas las privaciones que hemos sufrido te parezcan insignificantes. Grandes dificultades cayeron sobre nosotros, nuestros reyes, nuestros líderes, nuestros sacerdotes, nuestros profetas y nuestros antepasados —todo tu pueblo—, desde los días cuando los reyes de Asiria por primera vez nos vencieron hasta el día de hoy.


El rey Ezequías y los funcionarios ordenaron a los levitas que alabaran al Señor con los salmos escritos por David y por el vidente Asaf. De modo que ofrecieron alegres alabanzas y se inclinaron en adoración.


Todos estos hombres estaban bajo la dirección de su padre mientras tocaban música en la casa del Señor. Entre sus responsabilidades estaba tocar címbalos, arpas y liras en la casa de Dios. Asaf, Jedutún y Hemán dependían directamente del rey.


De los hijos de Asaf estaban Zacur, José, Netanías y Asarela. Ellos trabajaban bajo la dirección de su padre, Asaf, quien proclamaba los mensajes de Dios por orden del rey.


David dispuso que Asaf y sus hermanos levitas sirvieran continuamente ante el arca del pacto del Señor, encargados de hacer todo lo necesario cada día.


De modo que los levitas nombraron a Hemán, hijo de Joel, junto con sus hermanos levitas: Asaf, hijo de Berequías, y Etán, hijo de Cusaías, del clan de Merari.


Elías se paró frente a ellos y dijo: «¿Hasta cuándo seguirán indecisos, titubeando entre dos opiniones? Si el Señor es Dios, ¡síganlo! Pero si Baal es el verdadero Dios, ¡entonces síganlo a él!». Sin embargo, la gente se mantenía en absoluto silencio.


Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo: «Yo soy El-Shaddai, “Dios Todopoderoso”. Sírveme con fidelidad y lleva una vida intachable.


Oh Dios, ¿por qué nos has rechazado tanto tiempo? ¿Por qué es tan intensa tu ira contra las ovejas de tu propia manada?


¡Te damos gracias, oh Dios! Te damos gracias porque estás cerca; por todas partes, la gente habla de tus hechos maravillosos.


Dios recibe honra en Judá; su nombre es grande en Israel.


Clamo a Dios: sí, a gritos. ¡Oh, si Dios me escuchara!


Oh pueblo mío, escucha mis enseñanzas; abre tus oídos a lo que digo,


Oh Dios, naciones paganas conquistaron tu tierra, tu posesión más preciada. Profanaron tu santo templo y convirtieron a Jerusalén en un montón de ruinas.


Te pido que escuches, oh Pastor de Israel, tú, que guías como a un rebaño a los descendientes de José. Oh Dios, entronizado por encima de los querubines, despliega tu radiante gloria


Entonen alabanzas a Dios, nuestra fuerza; canten al Dios de Jacob.


Dios preside la corte de los cielos; pronuncia juicio en medio de los seres celestiales:


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