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Salmos 46:10 - Biblia Nueva Traducción Viviente

10 «¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios! Toda nación me honrará. Seré honrado en el mundo entero».

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Biblia Reina Valera 1960

10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Paren y reconozcan que soy Dios, muy por encima de los pueblos y muy alto sobre la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Estad quietos, y conoced que Yo soy ’Elohim, Seré exaltado entre las naciones, Seré enaltecido en la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 La guerra hace cesar en todos los confines, rompe arcos, quiebra lanzas y consume los carros en el fuego.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios: Enaltecido seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra.

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Salmos 46:10
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¡Reconozcan que el Señor es Dios! Él nos hizo, y le pertenecemos; somos su pueblo, ovejas de su prado.


Pero el Señor está en su santo templo. Que toda la tierra guarde silencio delante de él».


De ese modo, mostraré mi grandeza y santidad, y me daré a conocer a todas las naciones del mundo. Entonces sabrán que yo soy el Señor”.


Que toda la humanidad guarde silencio ante el Señor, porque él entra en acción desde su santa morada».


Entonces aprenderán que solo tú te llamas el Señor, que solo tú eres el Altísimo, supremo sobre toda la tierra.


El orgullo humano será humillado, y la arrogancia humana será rebajada. Solo el Señor será enaltecido en aquel día de juicio.


¡Exaltado seas, oh Dios, por encima de los cielos más altos! Que tu gloria brille sobre toda la tierra.


Tuyos, oh Señor, son la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo, oh Señor, y este es tu reino. Te adoramos como el que está por sobre todas las cosas.


Levántate, oh Señor, en tu poder; con música y cánticos celebramos tus poderosos actos.


Pero el Señor de los Ejércitos Celestiales será exaltado por su justicia; la santidad de Dios se demostrará por su rectitud.


Ahora sé que el Señor es más grande que todos los demás dioses, porque rescató a su pueblo de la opresión de los egipcios arrogantes».


El orgullo humano será rebajado, y la arrogancia humana será humillada. Solo el Señor será exaltado en aquel día de juicio.


A la hora que solía hacerse el sacrificio vespertino, el profeta Elías caminó hacia el altar y oró: «Oh Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, demuestra hoy que tú eres Dios en Israel y que yo soy tu siervo; demuestra que yo he hecho todo esto por orden tuya.


Hoy el Señor te conquistará, y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus hombres a las aves y a los animales salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel!


¿Acaso los dioses de otras naciones las han rescatado, naciones como Gozán, Harán, Resef y el pueblo de Edén que vivía en Telasar? ¡Mis antecesores los destruyeron a todos!


Entonces el Señor le dijo a Josué: «No les tengas miedo. Mañana, a esta hora, los entregaré a todos muertos en manos de Israel. Después lisia sus caballos y quema sus carros de guerra».


Después Josué lisió los caballos y quemó todos los carros de guerra, tal como el Señor había indicado.


El arco de los poderosos está quebrado, y los que tropezaban ahora son fuertes.


Entonces el rey hizo un gran banquete para ellos y luego los mandó de regreso a su amo. Después de este incidente, los saqueadores arameos se mantuvieron lejos de la tierra de Israel.


Pero sus espadas atravesarán su propio corazón, y se les quebrarán los arcos.


El Señor mediará entre las naciones y resolverá los conflictos internacionales. Ellos forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en herramientas para podar. No peleará más nación contra nación, ni seguirán entrenándose para la guerra.


Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: «Destruiré a los arqueros de Elam, lo mejor de su ejército.


Los egipcios sabrán que yo soy el Señor cuando le prenda fuego a Egipto y destruya a todos sus aliados.


Te quitaré el arco de la mano izquierda y las flechas de la mano derecha y te dejaré indefenso.


El Señor mediará entre los pueblos y resolverá conflictos entre naciones poderosas y lejanas. Ellos forjarán sus espadas para convertirlas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No peleará más nación contra nación, ni seguirán entrenándose para la guerra.


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