Salmos 39:13 - Biblia Nueva Traducción Viviente

¹³ Déjame solo para que pueda volver a sonreír antes de que parta de este mundo y no exista más.

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Biblia Reina Valera 1960

¹³ Déjame, y tomaré fuerzas, Antes que vaya y perezca.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹³ Dame un descanso, que pueda respirar antes de que me vaya y ya no esté.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹³ Aparta de mí tu ira, para que tome aliento, Antes que me vaya, y no exista más.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹³ Oye, Señor, mi súplica, escucha mis pesares, no te mantengas sordo ante mis lágrimas. Yo soy un extranjero junto a ti, un peregrino, como todos mis antepasados.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹³ Déjame, y tomaré fuerzas, antes que vaya y perezca.

Salmos 39:13 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Job 7:19

¿Por qué no me dejas en paz?, ¡al menos el tiempo suficiente para poder tragar!

Génesis 42:36

y Jacob exclamó: —¡Ustedes me están robando a mis hijos! ¡José ya no está! ¡Simeón tampoco! Y ahora quieren llevarse también a Benjamín. ¡Todo está en mi contra!

Génesis 5:24

andando en íntima comunión con Dios. Y un día desapareció, porque Dios se lo llevó.

Génesis 47:9

Jacob respondió: —He andado por este mundo ya ciento treinta arduos años; pero mi vida ha sido corta en comparación con la de mis antepasados.

Levítico 25:23

»La tierra no debe venderse a perpetuidad, porque la tierra es mía. Tú solamente eres un extranjero y un arrendatario que trabaja para mí.

2 Reyes 20:3

«Acuérdate, oh Señor, que siempre te he sido fiel y te he servido con singular determinación, haciendo siempre lo que te agrada»; y el rey se echó a llorar amargamente.

1 Crónicas 29:15

Estamos aquí solo por un momento, visitantes y extranjeros en la tierra, al igual que nuestros antepasados. Nuestros días sobre la tierra son como una sombra pasajera, pasan pronto sin dejar rastro.

Salmos 18:7

Entonces la tierra se estremeció y tembló. Se sacudieron los cimientos de las montañas; temblaron a causa de su enojo.

Salmos 119:19

No soy más que un extranjero en la tierra. ¡No escondas de mí tus mandatos!