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Salmos 30:1 - Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Te exaltaré, Señor, porque me rescataste; no permitiste que mis enemigos triunfaran sobre mí.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado, Y no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Te alabaré, Señor, porque me has levantado y muy poco se han reído mis contrarios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Cántico para la dedicación de la Casa.° Salmo de David. Te glorifico oh YHVH, porque me has levantado, Y no has dejado que mis enemigos se alegren de mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Salmo; canto de la dedicación del templo. De David.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Salmo cantado en la dedicación de la casa de David Te exaltaré, oh Jehová; porque me has levantado, y no permitiste que mis enemigos se alegraran sobre mí.

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Salmos 30:1
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¡Confío en ti, mi Dios! No permitas que me avergüencen, ni dejes que mis enemigos se regodeen en mi derrota.


No permitas que mis enemigos traicioneros se regodeen en mi derrota; no permitas que los que me odian sin motivo se deleiten en mi tristeza.


»Ahora, yo, Nabucodonosor, alabo, glorifico y doy honra al Rey del cielo. Todos sus actos son justos y verdaderos, y es capaz de humillar al soberbio».


Señor, no permitas que los malvados se salgan con la suya; no dejes que prosperen sus maquinaciones malignas porque se volverán orgullosos. Interludio


No permitas que mis enemigos se regodeen diciendo: «¡Lo hemos derrotado!». No dejes que se regodeen en mi caída.


Luego Hiram, rey de Tiro, envió mensajeros a David, junto con madera de cedro, así como carpinteros y canteros, quienes construyeron un palacio para David.


Todos los que pasan por tu camino te abuchean. Insultan a la bella Jerusalén y se burlan de ella diciendo: «¿Es esta la ciudad llamada “La más bella del mundo” y “La alegría de la tierra”?».


Te exaltaré, mi Dios y Rey, y alabaré tu nombre por siempre y para siempre.


¿Por qué se les permite a las naciones paganas burlarse y preguntar: «Dónde está su Dios»? Muéstranos tu venganza contra las naciones, porque han derramado la sangre de tus siervos.


Sé que soy de tu agrado, porque no permitiste que mis enemigos triunfaran sobre mí.


¡Salva a tu pueblo! Bendice a Israel, tu posesión más preciada. Guíalos como un pastor y llévalos en tus brazos por siempre.


Entonces mantendré mi cabeza en alto, por encima de los enemigos que me rodean. En su santuario ofreceré sacrificios con gritos de alegría, y con música cantaré y alabaré al Señor.


pero Joab no incluyó a las tribus de Leví y Benjamín en el censo, porque estaba muy afligido por lo que el rey le había ordenado hacer.


Allí David edificó un altar al Señor y sacrificó ofrendas quemadas y ofrendas de paz. Y el Señor contestó la oración que hizo por la tierra, y se detuvo la plaga que azotaba a Israel.


el rey mandó llamar al profeta Natán. —Mira —le dijo David—, yo vivo en un hermoso palacio de cedro, ¡mientras que el arca de Dios está allá afuera en una carpa!


Cuando David regresó a su hogar para bendecir a su propia familia, Mical, la hija de Saúl, salió a su encuentro y le dijo indignada: —¡Qué distinguido se veía hoy el rey de Israel, exhibiéndose descaradamente delante de las sirvientas tal como lo haría cualquier persona vulgar!


»Luego, los jefes del ejército se dirigirán a las tropas y dirán: “¿Alguno de ustedes acaba de construir una casa pero aún no la ha estrenado? De ser así, puede irse a su casa. Podría morir en batalla, y otro estrenaría su casa.


Nuestros vecinos se mofan de nosotros; somos objeto de desprecio y desdén de quienes nos rodean.


Pues clamé a él por ayuda, lo alabé mientras hablaba.


Cuando David llegó a su palacio en Jerusalén, tomó a las diez concubinas que había dejado para que cuidaran el palacio y las puso en reclusión. Les proveyó para sus necesidades, pero no volvió a acostarse con ninguna. De modo que cada una de ellas vivió como una viuda hasta que murió.


Salomón presentó al Señor una ofrenda de paz de veintidós mil cabezas de ganado y ciento veinte mil ovejas y cabras. Así el rey y todo el pueblo de Israel dedicaron el templo del Señor.


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