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Salmos 18:29 - Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Con tu fuerza puedo aplastar a un ejército; con mi Dios puedo escalar cualquier muro.

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Biblia Reina Valera 1960

29 Contigo desbarataré ejércitos, Y con mi Dios asaltaré muros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Contigo acometo las huestes, con mi Dios escalo la muralla.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 En verdad, contigo desbarataré ejércitos, Con mi Dios asaltaré muros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Tú mantienes mi lámpara encendida, el Señor ilumina mis tinieblas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

29 Pues por ti he desbaratado ejércitos; y por mi Dios he saltado muros.

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Salmos 18:29
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Con tu fuerza puedo aplastar a un ejército; con mi Dios puedo escalar cualquier muro.


Todos los que salgan vencedores se sentarán conmigo en mi trono, tal como yo salí vencedor y me senté con mi Padre en su trono.


De esa manera, desarmó a los gobernantes y a las autoridades espirituales. Los avergonzó públicamente con su victoria sobre ellos en la cruz.


Sin embargo, lo que ahora soy, todo se debe a que Dios derramó su favor especial sobre mí, y no sin resultados. Pues he trabajado mucho más que cualquiera de los otros apóstoles; pero no fui yo sino Dios quien obraba a través de mí por su gracia.


¡Pues tú concedes la victoria a los reyes! Rescataste a tu siervo David de la espada mortal.


Alaben al Señor, mi roca. Él entrena mis manos para la guerra y da destreza a mis dedos para la batalla.


Entonces David hizo lo que el Señor le ordenó e hirió de muerte a los filisteos desde Gabaón hasta Gezer.


Entonces David le preguntó al Señor: —¿Debo ir y atacarlos? —Sí, ve y salva a Keila —le dijo el Señor.


y David le preguntó al Señor: —¿Debo perseguir a esta banda de saqueadores? ¿Los atraparé? Y el Señor le dijo: —Sí, persíguelos. Recuperarás todo lo que te han quitado.


Metió la mano en su bolsa de pastor, sacó una piedra, la lanzó con su honda y golpeó al filisteo en la frente. La piedra se le incrustó allí y Goliat se tambaleó y cayó de cara al suelo.


cuando iluminaba el camino delante de mí y yo caminaba seguro en la oscuridad.


El Señor es mi luz y mi salvación, entonces ¿por qué habría de temer? El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro, entonces ¿por qué habría de temblar?


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