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Salmos 148:8 - Biblia Nueva Traducción Viviente

8 el fuego y el granizo, la nieve y las nubes, el viento y el clima que lo obedecen,

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Biblia Reina Valera 1960

8 El fuego y el granizo, la nieve y el vapor, El viento de tempestad que ejecuta su palabra;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 fuego y granizo, nieve y neblina, huracán que ejecuta su palabra,

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 El fuego y el granizo, la nieve y el vapor, El viento huracanado, que cumple su mandato,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 el fuego y el granizo, la nieve y el vapor, el viento huracanado que cumple su palabra;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 el fuego y el granizo, la nieve y el vapor, el viento tempestuoso que ejecuta su palabra;

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Salmos 148:8
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Hubo una gran tormenta de granizo, y piedras de granizo, como de treinta y cuatro kilos cada una, cayeron del cielo sobre las personas. Maldijeron a Dios debido a la terrible plaga de granizo.


Ahora bien, el Señor mandó un poderoso viento sobre el mar, el cual desató una violenta tempestad que amenazaba con despedazar el barco.


Después el Señor Soberano me mostró otra visión. Lo vi preparándose para castigar a su pueblo con un gran fuego. El fuego había quemado las profundidades del mar e iba devorando toda la tierra.


Pues el Señor es quien formó las montañas, agita los vientos y da a conocer sus pensamientos a la humanidad. Él convierte la luz del amanecer en oscuridad y marcha sobre las alturas de la tierra. ¡El Señor Dios de los Ejércitos Celestiales es su nombre!


Y haré maravillas en los cielos y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo.


El Señor castigará al mundo con fuego y con su espada. Juzgará a la tierra y muchos morirán a manos de él.


Alaben al Señor, ustedes los ángeles, ustedes los poderosos que llevan a cabo sus planes, que están atentos a cada uno de sus mandatos.


Nubes densas taparon el brillo a su alrededor, e hicieron llover granizo y carbones encendidos.


Mientras los amorreos estaban en retirada por el camino de Bet-horón, el Señor los destruyó mediante una terrible tormenta de granizo que envió desde el cielo, y que no paró hasta que llegaron a Azeca. El granizo mató a más enemigos de los que mataron los israelitas a filo de espada.


Entonces un fuego ardiente salió del Señor y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían incienso.


Como consecuencia, un fuego ardiente salió de la presencia del Señor y los consumió por completo, y murieron ahí ante el Señor.


Luego Moisés extendió la mano sobre el mar y el Señor abrió un camino a través de las aguas mediante un fuerte viento oriental. El viento sopló durante toda la noche y transformó el lecho del mar en tierra seca.


El Señor le respondió y cambió la dirección del viento, y el viento fuerte del occidente se llevó las langostas y las echó en el mar Rojo. No quedó ni una sola langosta en toda la tierra de Egipto.


Moisés extendió su vara sobre Egipto, y el Señor hizo que un viento del oriente soplara sobre el territorio todo ese día y también durante toda la noche. A la mañana siguiente, el viento del oriente había traído las langostas.


Enseguida el Señor hizo llover de los cielos fuego y azufre ardiente sobre Sodoma y Gomorra.


Las nubes se agitan bajo su mando y hacen por toda la tierra lo que él ordena.


Temiendo por sus vidas, los desesperados marineros pedían ayuda a sus dioses y lanzaban la carga por la borda para aligerar el barco. Todo esto sucedía mientras Jonás dormía profundamente en la bodega del barco,


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