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Salmos 147:11 - Biblia Nueva Traducción Viviente

11 No, el Señor se deleita en los que le temen, en los que ponen su esperanza en su amor inagotable.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Se complace Jehová en los que le temen, Y en los que esperan en su misericordia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 se complace el Señor en los que le temen, en los que esperan en su amor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 YHVH se complace en los que lo temen, Los que con ansia esperan en su misericordia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 el Señor tiene contento en quien le teme, en los que esperan en sus gracias.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Se complace Jehová en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia.

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Salmos 147:11
13 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pero el Señor vela por los que le temen, por aquellos que confían en su amor inagotable.


Pues el Señor tu Dios vive en medio de ti. Él es un poderoso salvador. Se deleitará en ti con alegría. Con su amor calmará todos tus temores. Se gozará por ti con cantos de alegría».


porque el Señor se deleita en su pueblo; él corona al humilde con victoria.


Nunca más te llamarán «La ciudad abandonada» ni «La tierra desolada». Tu nuevo nombre será «La ciudad del deleite de Dios» y «La esposa de Dios», porque el Señor se deleita en ti y te reclamará como su esposa.


Que tu amor inagotable nos rodee, Señor, porque solo en ti está nuestra esperanza.


Pero dales mucha alegría a los que vinieron a defenderme; que todo el tiempo digan: «¡Grande es el Señor, quien se deleita en bendecir a su siervo con paz!».


El encanto es engañoso, y la belleza no perdura, pero la mujer que teme al Señor será sumamente alabada.


El Señor detesta a los de corazón retorcido, pero se deleita en los que tienen integridad.


Recuerden que el Padre celestial, a quien ustedes oran, no tiene favoritos. Él los juzgará o los recompensará según lo que hagan. Así que tienen que vivir con un reverente temor de él durante su estadía aquí como «residentes temporales».


Así que preparen su mente para actuar y ejerciten el control propio. Pongan toda su esperanza en la salvación inmerecida que recibirán cuando Jesucristo sea revelado al mundo.


En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios.


Si el Señor se agrada de nosotros, él nos llevará a salvo a esa tierra y nos la entregará. Es una tierra fértil, donde fluyen la leche y la miel.


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