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Salmos 143:6 - Biblia Nueva Traducción Viviente

6 A ti levanto mis manos en oración; tengo sed de ti como la tierra reseca tiene sed de lluvia. Interludio

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Biblia Reina Valera 1960

6 Extendí mis manos a ti, Mi alma a ti como la tierra sedienta. Selah

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Alargo a ti mis manos, mi alma es una tierra sedienta de ti.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 A ti alzo mis manos, Mi alma te anhela como la tierra sedienta. Selah

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Yo tiendo hacia ti mis manos: como tierra extenuada, así va hacia ti mi alma.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Extiendo mis manos a ti; mi alma tiene sed de ti como la tierra sedienta. (Selah)

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Salmos 143:6
13 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua.


»¡Si tan solo prepararas tu corazón y levantaras tus manos a él en oración!


Los ojos se me cegaron de tantas lágrimas. Cada día suplico tu ayuda, oh Señor; levanto a ti mis manos para pedir misericordia.


Anhelo y hasta desfallezco de deseo por entrar en los atrios del Señor. Con todo mi ser, mi cuerpo y mi alma, gritaré con alegría al Dios viviente.


Si nos hubiéramos olvidado del nombre de nuestro Dios o hubiéramos extendido las manos en oración a dioses ajenos,


El suelo reseco se convertirá en laguna y los manantiales de agua saciarán la tierra sedienta. Crecerán las hierbas de pantano, las cañas y los juncos donde antes vivían los chacales del desierto.


El último día del festival, el más importante, Jesús se puso de pie y gritó a la multitud: «¡Todo el que tenga sed puede venir a mí!


—Muy bien —respondió Moisés—. En cuanto salga de la ciudad, levantaré mis manos y oraré al Señor. Entonces los truenos y el granizo cesarán, y sabrás que la tierra pertenece al Señor.


como la de un trabajador que anhela estar bajo la sombra, como la de un sirviente que espera cobrar su sueldo.


Día y noche solo me alimento de lágrimas, mientras que mis enemigos se burlan continuamente de mí diciendo: «¿Dónde está ese Dios tuyo?».


¿Acaso tus obras maravillosas sirven de algo a los muertos? ¿Se levantan ellos y te alaban? Interludio


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