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Salmos 119:28 - Biblia Nueva Traducción Viviente

28 Lloro con tristeza; aliéntame con tu palabra.

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Biblia Reina Valera 1960

28 Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Mi alma está deprimida de pesar, levántame de acuerdo a tu palabra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Mi alma se deshace de tristeza, ¡Susténtame con tu palabra!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 Mi alma es toda llanto de pesar: susténtame, conforme a tu palabra.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

28 Se deshace mi alma de ansiedad; fortaléceme según tu palabra.

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Salmos 119:28
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.


Mi vida se derrama como el agua, y todos mis huesos se han dislocado. Mi corazón es como cera que se derrite dentro de mí.


En su bondad, Dios los llamó a ustedes a que participen de su gloria eterna por medio de Cristo Jesús. Entonces, después de que hayan sufrido un poco de tiempo, él los restaurará, los sostendrá, los fortalecerá y los afirmará sobre un fundamento sólido.


Espera con paciencia al Señor. Sé valiente y esforzado; sí, espera al Señor con paciencia.


Mediante mi poder haré fuerte a mi pueblo, y por mi autoridad irán a donde quieran. ¡Yo, el Señor, he hablado!».


Él da poder a los indefensos y fortaleza a los débiles.


Los barcos fueron lanzados hacia los cielos y cayeron nuevamente a las profundidades; los marineros se acobardaron de terror.


En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán.


El Señor le da fuerza a su pueblo; el Señor lo bendice con paz.


Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu.


«El Señor nos ha dado el territorio —dijeron—, pues toda la gente de esa tierra nos tiene pavor».


¡No es extraño que nuestro corazón esté lleno de temor! A nadie le queda valor para pelear después de oír semejantes cosas. Pues el Señor su Dios es el Dios supremo arriba, en los cielos, y abajo, en la tierra.


Que te envíe ayuda desde su santuario y te fortalezca desde Jerusalén.


Que los cerrojos de tus puertas sean de hierro y de bronce, que vivas protegido todos los días de tu vida».


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