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Salmos 119:25 - Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Estoy tirado en el polvo; revíveme con tu palabra.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Mi alma está adherida al polvo, vivifícame conforme a tu palabra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 d Postrada en el polvo está el alma mía, Vivifícame conforme a tu palabra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Dálet. Mi alma está tocando con el polvo: dame vida, conforme a tu palabra.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

25 DALET. Abatida hasta el polvo está mi alma; vivifícame según tu palabra.

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Salmos 119:25
22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Mira cómo amo tus mandamientos, Señor. Por tu amor inagotable, devuélveme la vida.


Has permitido que sufra muchas privaciones, pero volverás a darme vida y me levantarás de las profundidades de la tierra.


Para gloria de tu nombre, oh Señor, preserva mi vida; por tu fidelidad, sácame de esta angustia.


Nos desplomamos en el polvo; quedamos boca abajo en la mugre.


Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra.


Señor, qué grande es tu misericordia; que el seguir tus ordenanzas me reanime.


Jamás olvidaré tus mandamientos, pues por medio de ellos me diste vida.


En tu amor inagotable, perdona mi vida; entonces podré continuar obedeciendo tus leyes.


¡Anhelo obedecer tus mandamientos! Renueva mi vida con tu bondad.


Aparta mis ojos de cosas inútiles y dame vida mediante tu palabra.


Entonces jamás volveremos a abandonarte. Revívenos para que podamos invocar tu nombre una vez más.


»El Señor tu Dios cambiará tu corazón y el de tus descendientes, para que lo ames con todo el corazón y con toda el alma, y para que tengas vida.


Van camino a la destrucción. Su dios es su propio apetito, se jactan de cosas vergonzosas y solo piensan en esta vida terrenal.


Oh Señor, en tu fiel amor oye mi clamor; que el seguir tus ordenanzas me reanime.


He sufrido mucho, oh Señor; restaura mi vida, como lo prometiste.


El lobo y el cordero comerán juntos. El león comerá heno, como el buey; pero las serpientes comerán polvo. En esos días, nadie será herido ni destruido en mi monte santo. ¡Yo, el Señor, he hablado!».


Mi fuerza se ha secado como barro cocido; la lengua se me pega al paladar. Me acostaste en el polvo y me diste por muerto.


Jesús se dirigió a Pedro y le dijo: —¡Aléjate de mí, Satanás! Representas una trampa peligrosa para mí. Ves las cosas solamente desde el punto de vista humano, no desde el punto de vista de Dios.


¡Levántate! ¡Ayúdanos! Rescátanos a causa de tu amor inagotable.


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