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Salmos 119:154 - Biblia Nueva Traducción Viviente

154 ¡Defiende mi caso; ponte de mi lado! Protege mi vida como lo prometiste.

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Biblia Reina Valera 1960

154 Defiende mi causa, y redímeme; Vivifícame con tu palabra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

154 Defiende mi causa y líbrame, que me vivifique tu palabra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

154 Aboga por mi causa, redímeme; Y vivifícame por tu palabra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

154 Propugna mi derecho, rescatándome, y según tu promesa dame vida.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

154 Aboga mi causa, y líbrame; vivifícame conforme a tu palabra.

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Salmos 119:154
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Seré paciente cuando el Señor me castigue, porque he pecado contra él. Pero después, él tomará mi caso y me hará justicia por todo lo que he sufrido a manos de mis enemigos. El Señor me llevará a la luz y veré su justicia.


Pero el que los redime es fuerte. Su nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales. Él los defenderá y nuevamente les dará descanso en Israel. ¡Pero para la gente de Babilonia no habrá descanso!


Oh Señor, ponte en contra de los que se me oponen; pelea contra los que luchan contra mí.


Por lo tanto, que el Señor juzgue quién de nosotros tiene la razón y que castigue al culpable. ¡Él es mi defensor y me rescatará de su poder!


Oh Señor de los Ejércitos Celestiales, tú juzgas con justicia, y examinas los secretos y los pensamientos más profundos. Déjame ver tu venganza contra ellos, porque te he entregado mi causa.


¡Anhelo obedecer tus mandamientos! Renueva mi vida con tu bondad.


Estoy tirado en el polvo; revíveme con tu palabra.


Mis queridos hijos, les escribo estas cosas, para que no pequen; pero si alguno peca, tenemos un abogado que defiende nuestro caso ante el Padre. Es Jesucristo, el que es verdaderamente justo.


Esto dice el Señor a Jerusalén: «Yo seré tu abogado para defender tu causa y te vengaré. Secaré su río, tal como sus fuentes de agua,


porque el Señor es su defensor. Él destruirá a todo el que los destruya.


¡Declárame inocente, oh Dios! Defiéndeme contra esta gente que vive sin ti; rescátame de estos mentirosos injustos.


»Si yo estuviera en tu lugar, me acercaría a Dios y le presentaría mi caso.


Cuando David terminó de hablar, Saúl le respondió: —¿Realmente eres tú, David, hijo mío? Enseguida comenzó a llorar


¡Despierta! ¡Levántate en mi defensa! Toma mi caso, Dios mío y Señor mío.


Confirma a tu siervo tu promesa, la promesa que hiciste a los que te temen.


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