Salmos 119:147 - Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁴⁷ Me levanto temprano, antes de que salga el sol; clamo en busca de ayuda y pongo mi esperanza en tus palabras.

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Biblia Reina Valera 1960

¹⁴⁷ Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁴⁷ Me adelanto a la aurora para clamarte, espero en tus palabras.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁴⁷ Me anticipé al alba y clamé, Esperé con ansias en tu palabra.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁴⁷ Al alba me levanto para invocar tu ayuda: yo fío en tu palabra;

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁴⁷ Me anticipé al alba, y clamé: Esperé en tu palabra.

Salmos 119:147 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Marcos 1:35

A la mañana siguiente, antes del amanecer, Jesús se levantó y fue a un lugar aislado para orar.

Salmos 5:3

Señor, escucha mi voz por la mañana; cada mañana llevo a ti mis peticiones y quedo a la espera.

Salmos 88:13

Oh Señor, a ti clamo; seguiré rogando día tras día.

Salmos 119:81

Estoy agotado de tanto esperar a que me rescates, pero he puesto mi esperanza en tu palabra.

Salmos 119:74

Que todos los que te temen encuentren en mí un motivo de alegría, porque he puesto mi esperanza en tu palabra.

Salmos 56:4

Alabo a Dios por lo que ha prometido. En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales?

Salmos 42:8

Pero cada día el Señor derrama su amor inagotable sobre mí, y todas las noches entono sus cánticos y oro a Dios, quien me da vida.

Isaías 26:9

Te busco por la noche; en la mañana te busco de todo corazón. Pues solo cuando tú vengas a juzgar la tierra, la gente aprenderá lo correcto.

Salmos 108:2

¡Despiértense, lira y arpa! Con mi canto despertaré al amanecer.

Salmos 57:8

¡Despiértate, corazón mío! ¡Despiértense, lira y arpa! Con mi canto despertaré al amanecer.

Salmos 21:3

Le das la bienvenida con éxito y prosperidad; le colocaste una corona del oro más puro sobre la cabeza.

Salmos 88:2

Oye ahora mi oración; escucha mi clamor.

Salmos 119:43

No arrebates de mí tu palabra de verdad, pues tus ordenanzas son mi única esperanza.